Sintiendo algo de nostalgia estos días mientras buscaba algún pequeño juego de horror apropiado a estas fechas, termine decidiendo por volver a probar uno de esos títulos que ame jugar hace ya mas de una década atrás. Recordándola con cariño por su adorablemente simple aun si engañosa estética, siendo una experiencia mas valorada como un clásico en el nicho por su historia y personajes antes que por la simple monotonía de su jugabilidad, decidí refrescar mis memorias con la versión mas actualizada de esta obra. Por lo que sumergiéndome una vez mas en su colorido mundo de fantasía que oculta turbias implicaciones como para no solo merecerle una etiqueta de solo para mayores de edad, si no que llevo a una de las mas grandes controversias de su autora, hoy escribo desde mis experiencias redescubriendo esta obra para ver si mi opinión de ella cambio con el tiempo.
Siendo un relanzamiento del tercer juego creado por la artista independiente Funamusea o Deep-Sea Prisoner, Wadanohara and the Great Blue Sea -Reboot- resulta ser menos una reimaginación y mas una actualización de su clásico titulo de fantasía, drama y horror en RPGmaker. Lanzado de manera gratuita en 2020 mediante la propia de su autora, este titulo oficialmente solo se encuentra en japonés, o traducido tanto al chino tradicional o el indonesio, pero es posible parcharlo parcialmente al ingles. Similarmente al original de 2013 estamos ante un juego producto de las herramientas y limitaciones del RPGmaker 2000, que sin cambiar seriamente la historia todavía mantiene sus advertencias por contenidos violentos, mientras aprovecha de balancear sus combates, agregar nuevas piezas de música, ofrecer nuevas animaciones y sin olvidar las sorpresas que contiene ahora la sala de bonus.
La sinopsis para este juego es la siguiente: Esta es la historia de la joven bruja del mar, Wadanohara. Tras un largo tiempo visitando la tierra de las brujas, ella regresa junto a sus tres familiares Memoka, Dolphi y Fukami al océano que desde siempre a llamado su hogar. No obstante, no le esperan días de paz en estas cristalinas aguas, que siendo recibida por duras palabras de rechazo por parte de su antiguo familiar Samekishi quien desea que ella regrese por donde llego, no tardara en enterarse que sin razón aparente el beligerante reino de Totsusa a comenzado un ataque. Deseando por paz a su alrededor y sin saber muy bien como lograrlo, ella tendrá que actuar junto a sus compañeros y amigos con tal de salvar el día. Sin saber del real peligro que planea teñir todo lo que conoce con el carmesí color de la sangre.
Durando alrededor de unas 8-10 horas para completar con sus cinco posibles finales, Wadanohara and the Great Blue Sea -Reboot- vive con sus elementos de rpg mas por obligación que elección propia, que aun si en esta nueva versión los jefes han sido retocados con nuevos movimientos y mas vida como para mas o menos justificar algo de leveleo entre las secciones de historia ya que actualmente no se derriten en el primer par de turnos, el equipamiento, dinero y exploración son tan básicos que a ratos invitan a pensar por que no es una simple novela cinética. Trabajando desde ilustraciones a pixel art, o incluso llegando a sacar su propio manga, la estética del arte de Funamusea suele ser su marca distintiva en todos sus obras y en este titulo continua siendo su mayor fortaleza. Con personajes bastante únicos pese a lo simples y fáciles de distinguir entre si, su colorido diseño funciona para permitirles una gran cantidad de distintas expresiones que calcen tanto en los momentos mas cotidianos de la aventura, como contrastando emocional con los elementos de horror que se presentan a lo largo de la historia. Mientras tanto la música que acompaña el juego es un agradable acompañamiento a cada evento aun si son contados los momentos en que se roba el espectaculo, aunque admito que el tema que usa en su pantalla de titulo es uno que disfrute escuchar en el juego original y no tengo quejas con la nueva versión. Aunque, al Cesar lo que es del Cesar, he de decir que al menos en esta ocasión he podido disfrutar de llegar a oír los temas dedicados a los jefes y no solo segundos de sus introducciones.
Empezando como un relato que se nos cuenta sobre eventos del pasado, la historia de esta obra se centra principalmente en la relación entre la inocente bruja Wadanohara y su antiguo compañero Samekishi, en medio de un conflicto en donde todo apunta a que el segundo es un traidor a todo lo que originalmente creían, usando la simple pero efectiva técnica de los tres actos para introducirnos al relato, desarrollar la situación y concluir con la revelación de la verdad detrás de sus misterios. Acompañando ese mas que funcional hilo narrativo, el titulo nos invita a explorar un mundo enorme habitado por coloridas criaturas, pero lamentablemente para lo grande de sus mapas y interesantes diseños, poco se hace para presentar este mundo mas allá de su superficie. Pequeñas interacciones entre personajes dejan ver con naturalidad las distintas relaciones que estos poseen entre si, pero dejan con ganas de mas al estar repartidas entre batallas rara vez necesarias, mapas tan vacíos como visualmente agradables y algunos diálogos redundantes. Volviendo al cuestionamiento de por qué no es esta obra una novela cinética por sobre un básico RPG tengo que hablar de la sala de bonus tras el final verdadero, ya que entre las opciones de ver el arte y otros elementos del juego, se nos entregan pequeñas escenas en plan de novela que rellenan parte del faltante desarrollo de personajes y dan una mayor vida al mundo. Incluso ahora en -Reboot- llegando a ofrecernos por fin cosas como ver la batalla final del juego, lo cual por una parte me gusta pero por otra parte me hace preguntarme ¿Por qué esto no podía ser parte del juego mismo?.
Si bien he retrasado tanto como he podido escribir de esto, es inevitable comentar sobre el tercer acto de esta obra y como es la razón por lo que sea un titulo controversial en el nicho. Que llegando al giro final con la revelación de la identidad del verdadero antagonista Sal y las memorias perdidas de Wadanohara, tenemos una implícita escena de asalto sexual. Si bien no es nada particularmente grafico y esta lejos de ser una escena capaz de revolver mi estomago, que con el paso de los años he leído cosas mucho peores, por su naturaleza contrastante con el resto del titulo y lo natural de la escritura entre personajes, resulta algo pesado de leer. Especialmente cuando tomamos en cuenta que para poder llegar a ver el final verdadero la autora a decidido obligarnos a tener que ver si o si un negativo final que continua con esta idea. Funamusea no es extraña a explorar parejas de todo tipo en sus trabajos, desde las mas inocente a lo mas disfuncional, por no decir simplemente toxicas, sin embargo muchas veces caen bajo el subtexto de un lente de humor negro. El problema en el caso puntual de este juego es que la escena se interpreta de una manera textual, con los ambiguos sucesos fuera de pantalla dejando las cosas a la imaginación mientras se tiene que leer lenta e incómodamente los gritos de la protagonista pidiendo que la dejen en paz. De solo guiarse por las apariencias sin chequear las advertencias o incluso sabiendo lo que iba a encontrar, mas de una persona se a llevado una desagradable sorpresa en este punto.
Si bien es probable que esta reseña a terminado sonando mucho mas critica de lo que planeaba en un inicio, tengo que decir que pese a sus varios, varios, detalles toscos que habrían agradecido ser pulidos, todavía la encuentro como una obra encantadora con una personalidad bastante propia. Simplemente con el paso de los años se hace un poco mas difícil ignorar varias de las decisiones cuantos menos cuestionables en ella, pero entre las partes de su historia que si se desarrollan y su bello arte es algo que seguiré recordando con cariño como parte del nicho de las obras hechas con RPGmaker. Con todo y casuales chistes de canibalismo o el gore de creepypasta. No obstante si tuviera que recomendarla como una experiencia que vayan a querer jugar, es algo que solo puedo decir que hagan bajo su propio riesgo. Que solo ustedes sabrán si el tercer acto los dejara mal o no.
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