viernes, 25 de agosto de 2023

Reseñas: Watashi ga Motenai no wa Dou Kangaetemo Omaera ga Warui!.

Si bien llego un poco tarde a la celebración que mas de un mes a pasado desde la fecha exacta, este año se cumplió una década desde la salida de un anime que nos gustara o no, fue algo de lo que todos hablamos por como exploraba un lado algo mas cínico de la vida escolar en comparaciones a otros recuentos de la vida escolares que se recuerdan mas por su moe o desenfadado sentido del humor. Incomoda al punto de la vergüenza de segunda mano con sus temprana exploración de la soledad y como su protagonista convive con ella sacando risas incomodas a lo largo de sus episodios, aunque sin nunca llegar a los puntos mas miserables que uno encuentra en obras como Welcome to the NHK, esta obra se gano su reputación en su momento. Sin embargo con el inevitable paso del tiempo las cosas pueden cambiar, por lo que volviendo a ver su anime y leer su manga desde el principio, me queda ver si solo es humor cringe lo que ofrece o realmente tiene algo mas en su interior.

Con el extenso titulo original de Watashi ga Motenai no wa Dō Kangaetemo Omaera ga Warui!, o No Matter How I Look at It, It’s You Guys' Fault I’m Not Popular! según la regionalización en turno, la obra que por simplicidad se abrevia a WataMote inicio en 2011 como un manga escrito e ilustrado por el dúo de artistas que comparten el seudónimo de Nico Tanigawa, siendo el mas prolífico y reconocido de los trabajos a su nombre. Con mas de una década de publicación que continua hoy en día con unos 22 volúmenes impresos, la popularidad de esta obra a llevado a la publicación de otro manga spinoff, algunas antologías, además de un par de noveles complementarias durante los años 2019 y 2021, aunque probablemente lo mas conocido asociado a esta historia sea la adaptación animada de los primeros volúmenes que vio la luz del día a mediados de 2013. Con un total de 12 episodios, mas uno ova en 2014, esta única temporada de anime fue producida por parte del estudio Silver Link, estando bajo la dirección de Shin Oonuma quien contaba con Takao Yoshioka para supervisar la composición de los guiones escritos por Ayumi Sekine, Sawako Hirabayashi, Takao Yoshioka y Takayo Ikami. El diseño de personajes pasando del manga a la pantalla cayo en manos del animador Hideki Furukawa, mientras tanto la banda sonora de la serie se acredita al productor discográfico Sadesper Record.

La sinopsis de esta obra es la siguiente: Entrada ya en la adolescencia, la otaku, rarita y algo solitaria Tomoko Kuroki piensa que al empezar su vida de secundaria podrá vivir la ideal experiencia que sus cientos de horas de animes y juegos de romance le han prometido, fantaseando con tener decenas de admirados detrás de ella en su camino a la adultez. No obstante la realidad con la que se encuentra es una en donde sin intentarlo tras empezar su primer año se siente completamente aislada del resto de sus compañeros al punto de no tener ni una sola persona con quien hablar en clases, llevando a que amargada o no tenga que cuestionarse el que necesita hacer para lograr alcanzar la vida popular que cree merecer. Buscando cambiar la impresión que deja en la gente, Tomoko no intentara la ruta lenta de ir paso a paso superando sus problemas para socializar, si no que intentando saltar rápidamente hasta su meta tendrá que seguir chocando de cara con la realidad de su situación.

Antes de hablar de la historia que nos presenta WataMote, quiero explayarme un poco del arte y música que acompañan el anime y el manga. Si bien su acercamiento a los elementos en pantalla es bastante minimalista con recursos simples a su periodo de producción, la composición de sus escenas se permiten un nivel de creatividad bastante atractivo a la hora de presentar la soledad de Tomoko junto a lo expresiva que puede ser a la hora de auto sabotear cada uno de sus intentos por socializar, enfocándose principalmente en ella mientras sus compañeros son poco mas que siluetas sin rostro a los que no termina de reconocer entre sus distorsionadas perspectivas de la realidad que la rodea aun si no es un show particularmente surreal. Comparado con el arte de los mas o menos treinta capítulos que fueron llevados al anime, las similitudes se mantienen en la idea de simplicidad expresiva aun si la serie gana mucho con el color y el movimiento al hacer mas incomodo el humor de una protagonista que estéticamente no es típicamente atractiva en la estética moe, pero posee una clara identidad que expresar. En general una aceptable producción para 2013 aun si nada maravilloso, el anime ya se encuentra mostrando las inevitables huellas del paso del tiempo con una animación envejecida pero aun servicial, mientras el manga si bien a pulido algunos detalles mientras cambia de tono conserva su simple expresividad.

Por su parte la banda sonora es servicial a la hora de acompañar las desventuras de Tomoko conociendo en que momentos extender los incomodos silencios tanto como puede y cuando permitirse con cierto toque de ironía usar melodías e instrumentos que varían entre lo que uno esperaría escuchar en cualquier otro slice of life y ocasiones que te hacen volver a mirar a que genero pertenece esta adaptación, pero honestamente sufre de ser algo sutil al punto de pasar desapercibido. Lo que si fue memorable en su día y aun ahora mismo deja su impresión, son los opening y endings. Si son familiares con la serie el tema de entrada que comparte el nombre de esta obra es facilmente lo primero que se les venga a la mente con la cacofonía de gritos y jpop de la cantante Konomi Suzuki junto a la banda alternativa KIBA OF AKIBA. Mientras tanto los cinco temas de cierre que se repartieron en sus episodios fueron, "Dou Kangaete mo Watashi wa Warukunai" interpretado por la seiyuu Izumi Kitta en un tema que representa a la protagonista entre sus sueños y dudas, "Musō Renka""Yoru no Tobari Yo Sayōnara" y "Sokora no Kigurumi no Fūsen to Watashi" por parte del musico Velvet.kodhy, sin olvidar "Natsu Matsuri" por parte de los productores musicales de vocaloid Utsu-P & Minatsukitoka usando el software sintetizador de voz Hatsune Miku.

Girando alrededor de Tomoko y las pocas personas con las que habla durante sus días, la historia con la que nos encontramos... al menos en lo que cubre al anime, es la de una comedia de errores centrada en los fracasos juveniles de su quinceañera protagonista sufre en una poco sana mezcla entre las dudas de si misma que intenta camuflar con una cínica actitud, con las distorsionadas expectativas que se a creado de su vida estudiantil al consumir incontables animes, videojuegos y en general mucho contenido de internet sin supervisión. Poniendo sus esfuerzos y determinación en exagerados gritos por atención mientras ignora cosas tan simples como intentar consistentemente saludar a quienes la rodean, su aislamiento no solo es por que a estas alturas de su vida su personalidad resulte un poco extraña sino que una respuesta a que ella misma no se ha acercado a otros procrastinando el socializar, llevando a que cada tropiezo de su casi inexistente vida social se deba a como reacciona ante lo que su vida le depara. Con un humor que nace en como ella misma suele ser la causante de sus fracasos por ponerse en medio de esas situaciones en primer lugar, resulta fácil reírse de ella en la ironía de su día a día al mismo tiempo que se puede empatizar incómodamente en sus honestos deseos por encontrar donde encajar, que en mayor o menor medida su vivencia refleja algunos cuestionamientos por los que muchos pasan durante el periodo de cambios e inseguridades que es la adolescencia. Sin suavizar sus tropiezos la serie podría resultar desagradable y repetitiva en la espiral negativa en donde su inusual heroína parece retroceder dos pasos por cada uno que parece tomar en la dirección correcta, pero señales de que sus esfuerzos no son del todo en vano llevan a curiosos cambios que sutiles en la adaptación animada, por falta de alguna secuela, solo se encuentran en las paginas del manga.

Donde el anime solo cubre el solitario y miserable primer año de Tomoko solo mencionando los momentos vergonzoso con los que se atormenta a si misma en los primeros treinta y tantos capítulos del manga, la historia que ya va en mas de doscientos capítulos decide que si ella no puede dar el primer paso a socializar completamente por si misma, simplemente tendrá que empujarla fuera de su zona de confort para ver si su determinación da frutos. Con una nueva profesora que la empuja a interactuar mas en los eventos escolares de este nuevo año y una compañera que sale de su camino para saludarla, aun si las vergüenzas y comentarios fuera de lugar continúan siendo parte de sus días nuestra protagonista poco a poco encontrara algo mas de confianza en si misma con su nueva compañía convirtiendo poco a poco a las siluetas sin rostro en personajes a los que toma mas atención al tener que convivir a su alrededor. Con que mas "normal" Tomoko se va sintiendo consigo misma al ir encontrando la compañía que siempre deseo, mas raras vamos viendo que resultan las personas a su alrededor, en algo que si bien no puedo decir que sea completamente apropósito o simplemente un acto de serendipia, calza con el como nuestra protagonista se a interesado en otros aprendiendo mas de ellos en el proceso. Lo que solo eran chistes de autodesprecio ante dudas juveniles se vuelve eventualmente en una historia en donde todos viven momentos vergonzosos durante la adolescencia, solo tenemos que aprender a vivir con nosotros mismos e intentar alcanzar a otros. Pasatiempos, metas a futuro, o sus formas de entender temas como su propia sexualidad, los personajes tienen diferentes opiniones y reacciones a estos temas que van chocando en los días que comparten con nuestra heroína que aun llena de ansiedad y falta de sentido común a dejado atrás bastante del cinismo por no vivir su fantasía de una ideal vida escolar para sentirse conforme con las relaciones que si a logrado entablar.

Cuando empecé con mi revisionado y posterior relectura de WataMote me preocupaba que con el paso de los años solo la vergüenza de segunda mano quedara sin nada mas que la sostenga, y si bien el anime me parece mas triste que humorística en la patética descripción de su protagonista, la experiencia final a sido una que captura bastante lo inestable que pueden ser los cambios de la adolescencia mientras buscamos nuestro lugar en el mundo, convirtiéndose eventualmente en algo bastante mas esperanzador de lo que el miserable inicio puede dejar entrever. No será perfecta, que no necesita serlo, pero si logras pasar su juvenil gusto por los chistes verdes que salen de cualquier lugar o el cambio de tono que nos a tenido por años atrapados en arcos mayormente de slice of life, es una comedia que rarita no deja de tener un personalidad tan propia que resulta interesante cuanto menos. No es para todos, pero si tienen la oportunidad denle una oportunidad aun si el inicio -o todo el anime- pueden resultar algo incomodos de consumir en grandes dosis.

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