En ocasiones incluso las mas pequeñas y sencillas experiencias pueden resultar en algunas de las mas memorables, aun si solo es por sus pequeños detalles, siendo un breve juego de terror con una adorable apariencia una de las curiosidades a la que mas cariño le he tomado en el ultimo tiempo. Capturando la bella y peligrosa soledad de un mundo que cambia cuando cae la noche y la gente desaparece de las calles, nos encontramos con una minimalista historia vista a través de los ojos de una niña pequeña buscando el paradero de su familia, donde si un rumbo demasiado fijo invita a sus jugadores a explorar y sumergirte en la experiencia, aun si el mas mínimo sonido podría ser el aviso de un peligro cercano. Sin grandes sustos o las mas terribles imaginerías visuales, el contraste de sus elementos en su mayor invitación a jugar. Sin mas que agregar, déjenme dedicarle esta entrada al primero de una trilogía de juegos que tanto para bien como para mal encapsulan la filosofía del menos es mas.
Caminando entre la linea que divide la exploración de un walking Simulator y la tensión del Survival Horror isométrico durante las breves horas que tomo experimentarla, Yomawari Night Alone es un juego de horror para un solo jugador creado por la desarrolladora Nippon Ichi Software y localizado por NIS America que llego al mercado japonés en 2015 y para el resto del mundo desde 2016 con versiones para PC, PSVita y Nintendo Switch, siendo el primer titulo de lo que hoy en día es una trilogía donde es acompañada por sus secuelas Midnight Shadows y Lost in The Dark. Dirigido por Yu Mizokami, contando con los diseños de Yu Mizokami, el trabajo del compositor Mika Koga y la participación de los escritores Kenta Kobayashi, Hirotaka Mieda y Rie Yamagishi, este titulo cuya historia se puede completar en unas cuatro horas, aun si buscar todos sus secretos puede tomar el doble o hasta el triple de tiempo, obtuvo una recepción mayormente positiva por parte de su publico y la critica especializada de esos años por su emotiva sencillez.
La sinopsis de este juego es la siguiente: En una tarde como cualquier otra, una simple niña común disfrutaba de pasear por su ciudad y jugar con su perro Poro, sin embargo minutos mas tarde volvería a casa sin su fiel compañero. Si bien su hermana mayor le dijo que ella lo buscaría ahora que a comenzado a caer la noche para evitar peligros, ante el paso de los minutos que se convirtieron en horas de silencio la niña no pudo quedarse esperando sola en casa. No obstante las calles que le eran familiares a la luz del día drásticamente cambian en la silenciosa oscuridad, susurros de almas en pena y el sonido del viento entre las hojas, gatos o algo mas peligroso moviéndose tras los arbustos y callejones, rumores y leyendas urbanas tomando forma, tras solo encontrar la linterna que estaba usando su hermana mayor hasta hace unos instantes, esta niña decide que con tal de encontrar a sus seres queridos tendrá que adentrarse en esta faceta desconocida de lo que ella creía era su pequeño pueblo.
Con un botón para correr con la poca estamina que tenemos, un botón para para interactuar con objetos y un botón para arrojar alguna roca o algo mas como una desesperada distracción, Yomawari nos presenta un mapa que poco a poco se va expandiendo en nuestras exploraciones en búsqueda de respuestas sobre que a pasado con Poro y la hermana mayor de la protagonista. Con diálogos mínimos y vagas descripciones de objetos según lo que inocentemente piensa una niña pequeña de ellos, la historia de esta ciudad que a visto días mejores con sus zonas todavía pobladas, barrios por demoler, santuarios abandonados y zonas industriales que cerraron hace mucho es una cuya imagen la vas creando mientras recorres sus calles, evades a sus monstruos y comienzas a pensar porque las cosas están como están. Si bien esta falta de una narrativa mas textual nos niega respuestas concretas sobre los horrores y secretos de la ciudad que se nos invita a explorar, logra tematicamente ser una obra potente al permitirnos pensar en ideas de lo que es confrontar la mortalidad, la inevitabilidad de algunos eventos (tema que esta trilogía adora en sus tutoriales), la tragedia de la perdida de la ingenuidad infantil al comprender los peligros ahí afuera y la empatia al tratar con otros, resultando en una obra mucho mas sutil de lo que uno podría esperar en un inicio. No será grotesco o aterrador como para ser puro horror, pero es una experiencia que se sabe mantener tensa mientras nos habla de tragedias y seguir adelante en una forma que puede resultar bastante emocional pese a lo pequeña que puede resultar.
Con un arte que parece dibujado a mano, nos encontramos con un apartado visual que contrastando a su adorable protagonista y una pintoresca ciudad que a visto días mejores, con los horrores que se mueven durante la noche caminando entre lo visceral a lo surreal con cada uno de sus diseños. Bastante minimalista en sus efectos especiales pero con una estética impecablemente agradable a la vista al punto de que si bien hay sangre en algunos espíritus y sustos, no se muestra ninguna secuencia de muerte mas haya de una pantalla de game over, este juego no recurre demasiado a los jumpscares, en su lugar jugando mas con la idea de que algo se esconde mas adelante aun si no ves nada inmediatamente frente a ti, que entre las sombras de la noche que tu linterna apenas dispersa, laberinticos callejones y objetos varios de la ciudad nunca tienes una visión completa de tus alrededores. Un par de detalles curiosos del como se ve Yomawari es que con una protagonista joven, el mapa y algunos de los menús con los que manejas la cantidad de objetos que reúnes en tu viaje, estos se encuentran dibujados en crayones como si la protagonista estuviera anotando el avance de su búsqueda.
En lo que respecta al como el juego se escucha, tenemos la interesante decisión de abandonar toda instrumentalización y melodías, para en su lugar tomar la ruta de la música diegética o mejor dicho los sonidos del mismo mundo que estamos explorando. Con el constante latido de nuestra protagonista marcando la tensión y advirtiendo de las presencias cercanas, esta es una experiencia en donde el eco en los pasos sobre concreto o el crujir de ramas a nuestros pies, el eléctrico zumbido de las luces de neón, el viento soplando por la ciudad, los gruñidos de algunos espectros y demás sonidos ambientales reinan al conformar la atmosfera de esta ciudad nocturna en donde nadie debería estar despierto, dejándonos atentos y ansiosos a los mas sutiles detalles de lo que nos rodea. Aunque debo admitir que miento técnicamente al decir que este juego no posee música, que una evocadora instrumentalización existe como recompensa para quien llegue hasta sus créditos al finalizar esta aventura.
Para un juego de terror no es algo que haga sentir emociones intensas de miedo, que rápidamente la muerte pierde peso y casi todo enemigo puede ser evadido si corres lo suficiente tras su filosofía de prueba y error, pero como un juego de exploración es una bella historia sobre superar trágicas ocurrencias y estar dispuesto a seguir adelante, aun si todo puede tener un precio que pagarse, aunque en un caso ligeramente similar a algo como Yume Nikki aprovecha el silencio y la falta de claras respuestas para dejar mucho a la interpretación de cada uno de sus jugadores viviendo así en sus recuerdos incluso horas después de haber acabado con la aventura. Este titulo es corto, algo que facilmente puede terminarse en una sola tarde si sabes mas o menos lo que haces, pero aun así en su brevedad tiene lo gusto y necesario para resultar algo bastante único que merece algo de atención.
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