Reseña: Metrópolis.

Aunque estos días he estado más que nada jugando algunos videojuegos, casi sin ver anime. Aproveche de ponerme al día con algunas películas  que tenía pendiente, lo que nos lleva al tema de esta entrada, siendo Metrópolis una cinta que con algunas libertades adapta el manga de similar nombre escrito por el reconocido Osamu Tezuka a la gran pantalla con cantidades bastante similares entre aciertos y errores que aun así dan una experiencia entretenida e interesante.

Iniciando con los datos de rigor, Metrópolis fue un filme estrenado el 2001 con una duración de 109 minutos. Siendo producida por el estudio Madhouse fue dirigida por Hayashi Shigeyuki (conocido por su alias de Rintaro) quien a dirigido varios proyectos asociados a Tezuka, contando con Katsuhiro Otomo (Akira) a cargo del guión, dirección artística de Shuichi Hirata. mientras la banda sonora pertenece a Toshiyuji Honda.

La historia nos presenta la mayor y más avanzada ciudad del futuro, Metrópolis. En esta urbe las cosas se han estratificado entre los ricos, pobres y robots. El detective privado japonés Shunsaku Ban y su sobrino Kenichi llegan para investigar la ubicación de un científico que se sabe hace experimentos ilegales, sin embargo en este trabajo terminaran por entrometerse con los oscuros secretos y planes del Duke Red, el hombre más rico e influyente de la ciudad, por lo cual el lado más oscuro de la ciudad misma se presenta.

La sinopsis suena bastante serie o por lo menos con algunas ideas interesantes sobre las diferencias sociales las cuales emparentan ligeramente esta película con la clásica Metrópolis de Fritz Lang (1927) de la cual Tezuka se inspiró ligeramente (en sus propias palabras solo vio los carteles promocionales,pero jamás el filme), sin embargo la narración durante el transcurso de la película sufre de dos grandes lastres que pueden arruinar la experiencia para algunos, el primero es que deja muchas subtramas inconclusas y se resiente la falta de trasfondo para los personajes, hubiera agradecido incluso un desvergonzado flashback antes de morir a la opción de no enseñar nada. El segundo gran problema es que no se decide sobre si será oscura y profunda o alegre e infantil, por lo que termina por no pulir ninguna de esas direcciones y tener momentos que desentonan, es un error que viene desde el manga original de Tezuka ya que fue de sus primeros años cuando apuntaba más a un público infantil, no obstante esto arruina bastante de su atmósfera.

La animación es una mezcla entre técnicas más tradicionales con elementos generados por computadora, para ser una obra del 2010 la técnica usada es de una gran calidad incluso superior a muchas series actuales, aunque hay elementos y tomas que siguen pareciendo plastico. Los escenarios son enormes y vivos por lo que hacen sentir bastante viva a la Metrópolis. Un detalle que amarán o odiarán es que como todos los trabajos de Tezuka, usa su autoproclamado estilo "All star" en donde recicla diseños de personajes entre obras solo cambiandoles ligeramente los trajes y sus roles.

Por su parte la banda sonora de Toshiyuji Honda posee personalidad con un Jazz de estilo Dixieland/New Orleans de los años 1910-1930, el cual resulta alegre y optimista cuando debe serlo, y en el resto de ocasiones tiene una presencia contratante con las escenas, no encajando a propósito para intentar hacer que el público vea las cosas desde distintos ángulos. El mejor ejemplo de esto es el tema que comparte el nombre de la cinta, Metrópolis. Aunque There'll Never Be Good-Bye tambien es un buen exponente junto I Can't Stop Loving You.

Por los problemas que tiene nunca obtuvo demasiado reconocimiento, sin embargo para quien esté dispuesto a pasar por alto esos errores y no espere ver una maestra, puede ser que se encuentre con una interesante película que por su apartado visual ya vale la pena darle una oportunidad. No es para todos, pero la puedo recomendar.