Reseña: Vlad Love.

Como cada tres meses toca el iniciar con las reseñas de fin de temporada y 2021 es un año que inicia con bastante sorpresas originales que pese a tropiezos y dejan temas de que hablar, sin embargo a la hora de hablar de proyectos originales nos encontramos con una obra en particular que termino bastante olvidada pese a suponer el retorno de Mamoru Oshii (Angel´s Egg, Ghost in the Shell) al mundo de la animación tras poco más de una década en donde decidió dedicarse más a dirigir sus live action. Así que mientras cae en la oscuridad y el olvido el retorno de Oshii a las comedias románticas tras sus conflictos de visiones con Rumiko Takahashi en los tiempos de Urusei Yatsura, queda ver que cosas hizo bien y que cosas salieron mal en esta serie particularmente única por así decirlo.

Vlad Love como ya dije es un proyecto original de comedia creado por el reconocido director y artista Mamoru Oshii que originalmente iba a salir en mediados de 2020, contando con un total de 12 episodios que se publicaron como 6 onas en enero y 6 onas en marzo de este año 2021. Siendo una producción de production IG bajo el nombre de estudio Ichigo Animation y estudio Drive, que decidió financiarse a si mismo para evadir mesas de ejecutivos que afectaran su visión artística. Esta obra conto con Oshii como director en jefe y principal guionista trabajando junto al director Junji Nishimura (Ranma 1/2), el guionista Kei Yamamura, el diseño de personajes del artista Issei Arakaki y componiendo la música tenemos al siempre presente en los trabajos de Oshii, la leyenda Kenji Kawaii.

La sinopsis de esta serie es la siguiente: Mitsugu Banba es una joven estudiante de secundaria con una poco sana obsesión con donar sangre. Un día visitando el banco de sangre se encuentra con una joven extranjera que demuestra estar en un caso serio de anemia, sin embargo con una misteriosa fuerza esta chica destruye el lugar. Banba decide por capricho/amor a primera vista llevarla a su casa para que se recupere, sin saber que sus días de relativa paz llegarían a su fin ahora que su compañera de habitación es una vampiro que no hace nada más que atraer situaciones y personas extrañas a sus vidas.

Abandonad toda esperanza de una serie tradicionalmente "buena" para los estándares de los animes en tiempos actuales, quienes decidan ver esta obra de autor. Aunque las expectativas de una comedia romántica de manos de una leyenda como Oshii pueden ser altas para quien solo lee la sinopsis, hay algo que tener en mente antes de intentar ver Vlad Love por primera vez, esta no es una obra que tratara los clichés o dramas que uno ve vender hoy en día, esta es una obra probablemente pasional para su autor y demás colaboradores que han revivido de sus letargos, por lo que es indulgente en tantos puntos a favor de su estilo de los 80/90, al mismo tiempo que se permite caer constantemente en los mismos errores de esas décadas pasadas. Con un desarrollo de personajes mínimo pero no inexistente y un argumento que mayormente es una excusa para las referencias variadas a los gustos de películas, armas de fuego y algo de cultura popular como todo un episodio dedicado a Castlevania, estamos ante una obra con un sentido del humor y la experimentación que parece sacados de los extraños tiempos de inicios del 2000 hace ya veinte años por que de allí viene, con diálogos que aunque no siempre graciosos bien parecen improvisaciones algo entretenidas. Honestamente algunos de sus chistes y referencias ya serian consideradas viejas en los años de gloria de Oshii, por lo que al final del día probablemente después de encontrar la gracia a una escena seguramente comiences a pensar en como ya no eres parte de la juventud.

Por su parte mientras la comedia absurda se permite no ser particularmente graciosa pero aun así seguir adelante con sea lo que sea que quisiera intentar, el arte es uno de los puntos más autoindulgentes de esta obra con una obvia inspiración y gusto en el estilo de animación de los 80/90 experimentando constantemente con ilustraciones detalladas en múltiples estéticas, aun si el precio de ese nivel de detallismo sea una animación que a momentos parece estar hecha a base de uno o dos carteles estáticos por algunos minutos. Aunque no puedo decir que este trabajo estilizado sea profundo, si puedo decir que es único. Vlad Love es el producto del ego de un autor que se considera un genio y que con su equipo deciden hacer lo que se les de la gana, aprovechando que no tienen que darle respuestas ni justificaciones a ningún comité ni ejecutivo a cargo de sus finanzas, demostrando un salvaje individualismo artístico he identidad propia tras cada uno de sus segmentos especialmente en lo que parecen ser elementos dibujados a manos como en la vieja escuela. 

Mientras tanto en el como se escucha esta serie, debo decir que aunque no es tan llamativo a primera vista en comparación a la animación, el sonido no deja de tener una alta calidad con Kenji Kawaii encargándose de mezclar instrumentos acordes a cada escena. Por una parte los seiyuus dan tanta vida como les es posible a sus personajes aun si en ocasiones ni ellas comprendieran la misma existencia de lo que formaban parte. Por su parte en los temas de entrada y cierre nos encontramos con la genialidad mezcla de animación y música que es "Winds Of Transylvania" interpretado por la banda de Power Metal LOVEBITES, siendo este opening facilmente uno de los puntos más altos de calidad en esta obra. El segundo opening es "Where you are" del grupo de J-pop BlooDye el cual se luce con cierta mayor elegancia, aunque personalmente prefiero más el metal. En lo que respecta a los ending tenemos al tema instrumental "Shingetsu" de la artista Ayasa el cual con cuerdas e instrumentos más clásicos logra crear algo digno de una serie de un tono mucho más serio, sin embargo hay algo curioso y es que Shingetsu es el ending global, pero existe un tema de cierre solo para Japón llamado "Akai Ame" el cual interpretado por los artistas Alan y Ayasa es toda una experiencia por la fuerza de sus voces.

Mirando atrás una de las mayores razones por las que esta serie a pasado mayormente sin pena ni gloria en esta temporada, es simplemente la forma en que al salir de golpe sus episodios y que no sea una serie fácil de conectar el publico termino por llevar a que simplemente no se hablara de ella al punto de que hace apenas una semana atrás recordara acabarla. Honestamente no puedo decir si es buena, o siquiera si es mala como para recomendarla. En cierto sentido me recuerda a Promare, una obra que existe solo para demostrar el estilo y personalidad de su autor, mismo que disfruto cada minuto de indulgir en lo que disfruta hacer a la hora de hacer animación y como tal tiene muchas "fallas" que podrían ser del gusto de la gente que esperaba algo completamente nuevo. No obstante pese a todo, gracias a como es un único derroche de personalidad tiene todo para que Vlad Love pese a afrontar el olvido, seguramente encuentre a unas pocas personas que de aquí a unos años le den el estado de culto. Que cosas más raras lo han logrado.