jueves, 16 de febrero de 2017

Reseña: VA-11 Hall-A.


A la hora de escribir una entrada no solo existen entradas que ya sea por inspiración u bilis resultan fáciles de escribir, por otra parte hay cosas que normalmente son muy difíciles de explicar aun cuando disfrutaste la experiencia y VA-11 hall-A es una de ellas, ya que resulta un poco difícil encontrar la manera adecuada de expresarse sobre sus puntos débiles y fuertes sin dar una idea equivocada a lo que quiero decir.


Producido por Sukeban Games un grupo de desarrolladores indies venezolanos que originalmente participaron con este proyecto en la Cyberpunk Game Jam del 2014 pero que adoraron su juego y quisieron completarlo, VA-11 Hall-A es una mezcla entre un simulador de bartender y una novela visual que se desarrolla en un universo cyberpunk. El diseño y el arte corrieron por mano de Christopher Ortiz mientras el guión y la programación fueron trabajo de Fernando Damas, mientras la música fue hecha por Michael Kelly.


El gameplay en si es sencillo como en una novela visual normal tendrás que leer las conversaciones, teniendo dos escenarios en particular, siendo el primero tu casa en donde podrás ver las deudas que debes pagar pasado algunos días en el juego, comprar items decorativos para hacer que la protagonista no se distraiga en el trabajo, leer artículos "periodísticos" en un diario en línea o leer comentarios en un foro en línea que recuerda mucho a 4chan (quien sea asiduo a ese sitio se reirá bastante de como lo recrean).
El segundo y en donde más tiempo pasas es el bar, en donde deberás servirle sus tragos a los diferentes clientes, cada uno con sus propios gustos e historias. Aunque para hacer los tragos no hay mucha dificultad o reto ya que podemos tomarnos todo el tiempo que necesitemos y usar un manual de tragos, esto es importante ya que por ejemplo dar un trago con o sin alcohol a una persona puede resultar en cambios en la historia, por lo que la forma en que actuemos aquí reemplaza las usuales decisiones de una novela visual, llevando a uno de los múltiples finales o a si ciertos personajes se presentan en el bar o no.

La historia nos presenta a Jill la bartender del bar VA-11 Hall-A (Vall halla como todos sus clientes lo llaman) quien lidia con su día a día en la distópica Glitch City, sirviendo tragos a cada cliente que llegue al bar y conversando con ellos.

No somos un héroe de acción que luche contra la tiranía, o un terrorista que busca cambiar al mundo ni nada de eso en este juego. Nosotros acompañamos a Jill como uno más de los habitantes que intentan llevar una vida calmada y feliz aun en la clase de ciudad en la que viven y los diversos problemas que los afectan, mediante las interacciones de los personajes se va retratando la clase de mundo en el que todo sucede de una manera bastante cercana aun cuando no experimentamos esos eventos de primera mano.

Es una narrativa bastante cercana e íntima, como una conversación entre amigos en donde pueden estar hablando sobre muchos temas, ya sean serios o no. Incluso hay muchas conversaciones que tienen que ver con la sexualidad de los personajes lo cual a veces deja entrever la confianza y cercanía entre los personajes, aunque en un par de ocasiones no encontré mucho sentido en su existencia, sin embargo el hecho de que no tenga miedo en tocar esta clase de temas es bastante impresionante y ayuda a crear esa atmósfera de la conversación de bar en donde puedes decir de todo.

El trabajo artístico es una mezcla entre un estilo de videojuego más retro bastante pixelado, con un diseño de personajes inspirado en un estilo mas "anime" por llamarlo de alguna manera. El resultado de esta unión es un apartado que parece nuevo pero conocido, resultando cómodo a la vista.

Por otra parte la banda sonora toma bastante inspiración en el Vaporwave (para quien no lo sepa, el Vaporwave es una mezcla entre estilos de baile indie que surgieron durante el 2010 con un estilo que recuerdan temas de las décadas del 70 y 80. Se asocia bastante a los ambientes cyberpunk por lo que es una buena idea su uso, aunque también suele verse como una forma de crítica a la música y cultura más comercial y capitalista) logrando construir una atmósfera bastante apropiada al juego, además el mismo titulo nos permite durante varias partes elegir que temas queremos oir.


VA-11 Hall-A como juego no tiene mucho que hacer ya que gran parte de lo que haces es leer los diferentes diálogos y algunos no están tan pulidos como podrían serlo entre los diversos personajes y lo que se refiere a preparar los tragos no hay nada de reto como tal que atraiga a los jugadores, sin embargo como novela visual hace una maravilla al combinar las usuales decisiones con el gameplay dejándolo de manera muy sutil.

No es un juego para quien busque un desafío, acción o retos, sin embargo en donde brilla esta historia no es como el juego en si, si no, que en la experiencia que es jugarlo, ya que es una historia bastante íntima y cercana a momentos, con sus momentos graciosos y dramáticos equilibrados que dejan un buen sabor de boca al finalizar.

Recomiendo que le den una oportunidad, ojala mientras están relajados comiendo algún bocadillo y bebiendo algo de su gusto, ya que es una historia bastante cuidada.

7 comentarios:

  1. Me hablaron sobre el, pero no me intereso por que la ultima vez que jugué un juego desarrollado por gente de mi propio país (si, soy venezolano) resulto ser un juego de autobuses que es sin duda alguna el peor juego de la historia, pero tras ver tu reseña cambie e parecer y me dieron ganas por jugarlo.

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  2. Oh, Rubén regreso, espero que todo haya salido bien.
    ¿Y la reseña de Keijo? jajajaj

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    1. La reseña de Keijo solo se encuentra dentro de tu corazón.

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  3. me sorprende ver un videojuego de personas de mi pais tan solo por eso lo jugare por curiosidad ademas de tener buena pinta

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