Reseña película: Heisei Tanuki Gassen Ponpoko.

El día de hoy decidí escribir sobre una de las películas menos conocidas de el listado del estudio Ghibli, en parte por no haber sido dirigido por Miyazaki sino por el segundo gran genio del estudio, Isao Takahata (conocido por su trabajo en La tumba de las luciérnagas y Recuerdos del ayer). Takahata nos da una cinta de casi 2 horas con un mensaje ecológico mientras mezcla momentos relajados y alegres con algunas escenas ya mas impactante, aunque sin llegar a ser un drama como sus trabajos anteriores. 

Heisei Tanuki Gassen Ponpoko o la guerra de los tanuki (mapaches) de la era pompoko es una historia original de Isao Takahata y Hayao Miyazaki que dura unas 2 horas, con dirección y guion de Isao Takahata, música de Chang Chang Typhoon y con producción de Toshio Suzuki y Hayao Miyazaki. La cinta se estreno en Japón en 1994 pero no salio de su país hasta una década después, aunque dependiendo el país, apareció entre 2004 y 2009.

La historia nos presenta a un grupo de Tanukis que ven como sus bosques y montañas son reemplazados por uno de los mas grandes planes de urbanización en Japón, lo cual llevara a que sus hogares, fuentes de alimentos y toda su forma de vivir se vea en amenaza. En esta situación los tanukis deciden usar todas sus habilidades (según el folclor japones ellos pueden manejar las transformaciones e ilusiones) en una batalla para tratar de defender sus hogares en contra de la urbanización que causan los humanos.

Tenemos una película que mezcla la magia, optimismo y esencia de Ghibli en sus mejores momentos junto a un mensaje algo críptico (aunque no lo suficiente) sobre como la humanidad a causado una decadencia en los ecosistemas naturales, por lo que los animales se han visto obligados a cambiar su forma de vida para sobrevivir, incluso tenemos un final ambiguo que dependiendo de quien la vea permite una lectura tanto pesimista como optimista sobre el futuro de los animales y su entorno. 

Es una critica descriptiva al desarrollo humano sin cuidar el medio ambiente camuflada en una historia bastante tranquila y desenfadada, diría que es una de las películas mas oscuras u ambiguas de Ghibli, eso si, debo decir que la narrativa por momentos se debilita entre los cambios de momentos series y momentos cómicos por lo que aveces algunos acontecimientos se sienten episódicos o desconectados del resto.

El aspecto visual es el típico del estudio Ghibli, no puedo quejarme de sus fondos o ambientación increíblemente trabajados y cuidados, la animación resulta muy fluida y disfrutable. El diseño de sus personajes (los tanukis) tiene 3 estilos que varían según la situación, un estilo realista cuando los tanukis son vistos por humanos, un estilo antropomórfico de los tanukis que es el general de toda la historia y un estilo similar a los mangas antiguos para los momentos mas cómicos.

Musicalmente cumple y acompaña bien las situaciones, lamentablemente la mayor parte de la banda sonora pasa desapercibida y no tiene un rol muy llamativo, por lo que es una banda sonora fácil de olvidar.

En definitiva es una película que recomiendo ampliamente ver, como prácticamente todas las obras de Ghibli resulta apta para todos los públicos, así que si tienen un par de horas libres denle una oportunidad. Equilibra en una historia tranquila momentos felices con momentos crudos que no le hacen perder su propia magia.