miércoles, 23 de diciembre de 2020

Reseña: Gyaru to Kyōryū.


Existen animes que logran destacar de entre la multitud por sus excelentes apartados técnicos o narrativos, al mismo tiempo algunos otros destacan de la mayoría negativamente por sus errores. Sin embargo existe un tercer tipo mucho más difícil de clasificar e in incluso más describir, me refiero a aquellos que  entre sus ventajas y problemas terminan por ser una experiencia "única" rayando en lo simplemente "raro", dejando al espectador preguntándose que es lo que acaba de ver. Iniciando las reseñas de fin de temporada estando a nada de finalizar este caótico 2020, toca explorar el más reciente trabajo de los estudios que en 2018 nos trajeron el shitpost conocido como Pop Team Epic que en esta ocasión deja de lado el sinsentido abrumador para presentarnos una simple y bella historia de amistad entre seres diferentes como solo ellos pueden hacerlo, es decir, sin mayor sentido.


Siendo posible llamarla como Gyaru to Kyōryū, Gal & Dino o incluso como My Roomie Is a Dino, estamos ante una obra que inicio en la forma del manga de comedia slice of life escrito e ilustrado por el matrimonio de mangakas Moriko Mori y Cota Tomimura, mismo manga que posee actualmente tres volúmenes recopilatorios desde su inicio en 2018 y mantiene su publicación en la revista Weekly Young Magazine de la editorial Kodansha. En lo que respecta a la adaptación animada de esta obra fue el trabajo conjunto de los estudios Space Neko Company y Kamikaze Douga, una combinación que en 2018 ya habíamos podido presenciar con el trabajo de shitpost de máxima calidad que fue el anime de Pop Team Epic. Con un total de 12 episodios que se trasmitieron entre abril y diciembre de este año (debido a varias razones, principalmente corona, esta serie sufrió una de las más largas pausas entre salidas de episodios) esta es una serie dirigida y guionizada por Jun Aoki quien es reconocido por sus trabajos de animación experimental y el caos aleatorio que fue Pop Team Epic, y hablando de PTE la mayor parte de su equipo de producción vuelve a reunirse por este nuevo proyecto. Sin olvidar la participación de la compañía King Record en la producción musical, contando con Tōru Kanegae en la dirección de sonido y el trabajo del musico Gin (Busted Rose) encargándose de componer la banda sonora de esta serie.

La sinopsis para esta serie es simple y breve: Esta es la historia de Kaede una joven Gal que una noche decide dar cobijo bajo su techo a un regordete dinosaurio de color azul que es incapaz de hablar, comenzando así la convivencia de ambos en sus día a día.

Con esa mínima sinopsis se puede pensar que la historia no es una que explore en gran medida su narrativa y en su lugar se quede mayormente en gags cómicos sobre la amistad entre dos personalidades disparejas, mientras sus personajes son poco más que ciertos clichés sin demasiada profundidad. Honestamente si piensan eso no los culpo por que a grandes rasgos tienen razón, o al menos la tendrían si esta fuera una adaptación totalmente fiel al manga. Jun Aoki y compañía han creado un espectaculo que retrata un sentido de familiaridad y pequeñas alegrías cotidianas en toda una experiencia de ridículo y glorioso realismo mágico, todo realzado con una mezcla de elementos que pasan desde diferentes estilos y géneros, incluyendo incluso toda una sub-trama live actión sobre como se intenta cambiar el destino de Dino y personas a su alrededor, todo mediante viajes temporales y múltiples cameos de artistas invitados por que no podía ser más caóticamente divertida de otra forma. Esta no es una de esas obras en donde debas pensar en el mensaje que esta intenta entregar, en su lugar apela al lado más emocional de su publico al presentar sin grandes pretensiones una comedia que busca relajar y al mismo tiempo dejar una sencilla sonrisa en el espectador, aun si es probable que el mismo espectador termine sin tener la más mínima idea de en que a invertido 25 minutos de su vida por haber visto un episodio.

Aunque lo artístico de la sencilla pero caótica historia es algo que se puede debatir y quedara finalmente a la opinión de cada individuo, nadie puede negar que el ecléctico estilo visual de Gyaru to Kyōryū es uno de los mayores puntos a favor de esta obra. Jun Aoki y su equipo en Kamikaze Douga nos presentan nuevamente un espectaculo que mezcla animación tradicional, digital, stop motion, y diferentes experimentos en el uso de material visual para entregar todo un espectaculo como en su momento produjeron Pop Team Epic, aunque en este caso se incluyen incluso segmentos realizados con actores reales -los cuales sufrieron bastante con la pandemia y atrasos que sufrió la serie, pero no dejan de tener su encanto- para crear una experiencia que no aburra la vista del espectador y mantenga las expectativas sobre que clase de sorpresa ofrecerán a continuación, aun si no posee nada que maraville completamente a su publico. En lo que respecta al aspecto de la banda sonora estamos ante una solida puesta en escena a la hora de dar un espectaculo relajante y de buen humor, aun si los movimientos de Dino suelen ser seguidos de extraños efectos de sonido que vienen a representar su surreal naturaleza... aunque en ocasiones pueden ser un añadido innecesario. El opening es el tema "Kyouryuu Agemizawa☆" interpretado por los seiyuus de la serie bajo el titulo de Kyouruu Friends, el cual resulta en un pegajoso y animado espectaculo que mezcla su música optimista con un collage de estilos y estéticas que resume mucho de lo que la serie intenta ser. Mientras tanto el ending es "Peaceful Days" interpretado por la cantante Ryuuko Takahashi (hermana gemela de Yoko Takahashi la leyenda tras Cruel Angel's Thesis), el cual nos trae una falsa sensación de alegre nostalgia con todo un ejemplo de citypop ochentero.

Esta es una serie simple, sin mayores significados o mensajes, pero es en esa simple diversión es en donde se encuentra su encanto que la hace de esas raras series de anime que puedes ver junto a tu familia sin mucho problema. Debo advertir que no es para todos los gustos ni mucho menos y quizás más de una persona pueda pensar que no debería ser clasificado como un anime por las libertades y experimentos que usa constantemente, pero de la misma forma que en su momento Pop Team Epic resultaba en una experiencia que deseaba que te rieras de su falta de significado y el nihilismo implicito, Gyaru to Kyōryū busca que te relajes con una agradable nada. Dependiendo de sus gustos puede resultar agradable o algo aburrido, pero cuanto menos les recomiendo dar una pequeña oportunidad a uno de sus episodios para que vean que clase de reacción tienen a lo que intenta ofrecer en sencillo humor.

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