viernes, 30 de septiembre de 2022

Reseña: Yofukashi no Uta.

Continuando con mi rutina de cada tres meses con las reseñas de series que han finalizado recientemente, me he encontrado en esta ocasión con una historia sobre la juventud, el tratar de entenderse a uno mismo y el escapar de la rutina del día al visitar el mundo nocturno, al mismo tiempo que es una historia sobre perder el tiempo con personas cuya compañía nos agrada. Siendo una obra que mayormente vive o muere por como el publico responde a la inusual relación de sus protagonistas que no entienden el común del amor, la adaptación de la que escribo en esta ocasión es una obra peculiar que decide usar las ideas que relacionan vampiros con romance para hablar de todo y nada, ofreciendo una experiencia que invita a perderse en el ritmo de sus noches, caminando entre el neón de sus calles y la oscuridad de sus callejones en búsqueda de un fruto prohibido que no encontramos a la luz del sol.

Yofukashi no Uta, Song of the Night Walkers o también localizada como Call of the Night es la adaptación animada del manga homónimo escrito e ilustrado por el autor Kotoyama, conocido particularmente por su trabajo previo Dagashi Kashi y que desde iniciar publicación en las paginas de la revista Weekly Shōnen Sunday a acumulado un total de 13 volúmenes hasta el momento, siguiendo en publicación en el presente. Producida por el estudio LidenFilms, esta serie con un total de 13 episodios que se transmitió entre julio y septiembre de este año fue dirigida por la colaboración entre Tomoyuki Itamura (quien desde durante años fue uno de los principales encargados en la adaptación de Monogatari por parte del estudio Shaft, iniciando desde Nisemonogatari) y Tetsuya Miyanishi, contando con los guiones escritos por Michiko Yokote. Bajo la dirección artística de Norihiko Yokomatsu, el animador Haruka Sagawa se encarga de traspasar el peculiar diseño de personajes del manga a las pantallas de NoitamiA, mientras tanto la fotografía fue trabajo de Yūki Domoto. La banda sonora fue hecha por manos del musico y compositor Yoshiaki Dewa.

La sinopsis para esta serie es la siguiente: Kou Yamori es un joven normal que quiere escapar de la rutina y cotidianidad, tratando de alejarse de la vida escolar y sobre todo las normas no escritas sobre el romance como una parte importante de ese periodo de sus vidas. Sin mas que hacer que perder el tiempo e insomne por sus dudas, la idea de paseos nocturnos por las solitarias calles de la ciudad resulta tentadora. Sin embargo entrando en lo que para el era un mundo totalmente diferente al de las horas diurnas, un encuentro con una extraña chica le demostrara lo realmente diverso que es todo bajo el cielo estrellado, al ser su encuentro con Nazuna una verdadera vampira algo que rompe la monotonía que lo agobiaba. Intrigado por la aparente libertad de los seres nocturnos, Kou desea ser convertido en uno, sin embargo una mordida no es suficiente, primero deberá ser capaz de dejar su vida mortal por amor.

Si algo aprendí de Kotoyama con su Dagashi Kashi es que brilla en crear personajes interesantes y sus dinámicas, aun si su premisa central no es lo mas interesante del mundo. Por su parte Yofukashi no Uta toma la idea del usual chico conoce chica en un romance, además de la usual dinámica poder entre un vampiro y el mortal del que han tomado interés, para simplemente cambiar todo cuando uno de ellos es un joven que no parece sentir amor de la misma manera o intensidad que otros de su edad y una vampira que si bien es proactiva en el contacto físico, específicamente las mordidas, no parece manejar bien todo lo que se relaciona con las emociones que otros asocian con amar. En un surreal escenario que mezcla lo fantástico con lo mundano tranquilamente, esta serie es mayormente una comedia sencilla sobre el disfrutar de encontrar un sitio en donde nos sentimos seguros o una persona con quien nos agrada compartir momentos, sirviendo en sus pausas y divagaciones como un comentario sobre la naturaleza de las relaciones interpersonales desde un punto de vista adolescente e incluso arromántico o asexual por lo que podemos ver en lo que fue animado. Por una parte bien se puede considerar a esta serie como un cuestionamiento interno entre los deseos personales de individualidad y los estándares que la sociedad considera normal, con un par de protagonistas que no encajan completamente con lo que se espera de ellos, mientras que por otra parte bien es un slice of life sobre un joven tratando de escapar de una rutina que considera sin sentido persiguiendo una nueva libertad, aun si tiene que reconocer eventualmente que toda pasión con suficiente tiempo se volverá una nueva rutina, obligándolo a asumir sus decisiones con actos que lo dejen conforme. Como dije antes, esta es una historia donde pasa de todo y no pasa nada al mismo tiempo, todo dependiendo de que tanto estés dispuesto a leer entre líneas cosas que quizás nunca estuvieron allí.

Siendo visualmente atractiva aunque bastante atada a la tierra, la experiencia de Tomoyuki Itamura se aleja de la teatral hipérbole que veíamos en Monogatari, para presentarnos una obra que juega con sus luces para poder cambiar la atmosfera alrededor de sus personajes, vivos neones que dan energía a la vida nocturno de la ciudad aun si en demasiada intensidad abruman a sus personajes, una deslavada luz diurna representando la rutina y en ocasiones opacos colores fríos recordándonos el peligro de estar solos a altas horas de la noche, el contraste entre como la luz da diferentes sentimientos a personas y lugares juega bastante a favor con las ideas que explora esta historia. Todo con un correcto trabajo que mezcla animación mas tradicional con uno que otro elemento digital, en una composición que intenta jugar con sus recursos por limitados que sean. Por su parte la banda sonora de esta serie es una que captura ese aire misterioso y urbano con que el anime busca plasmar sus noches de perder el tiempo, aun si en ocasiones el buen humor da paso a tensión, variando desde instrumentos clásicos a lo industrial en algo bastante sutil pero que merece ser escuchado por separado si tienen el tiempo, que aun si las insert song como Losstime se roban el show, los temas mas pequeños merecen atención. Hablando de temas de entrada y cierre tenemos un caso curioso cuanto menos, ya que Kotoyama a reconocido que se inspiro en una canción de hip-hop por el dúo Creepy Nuts para el nombre de su obra, al punto de pedirles permiso para usar el titulo antes de comenzar a publicar, por lo que fue natural que aquel dúo nos entregue el opening "Daten" junto al homónimo "Yofukashi no Uta" a manera de ending.

Siendo sorpresivamente un solido trabajo por parte de LidenFilms, Yofukashi no Uta no es la clase de obras que resultan atractivas a todo publico, pero siendo a su manera bastante diferente de lo que uno esperaría ver tras simples promesas de un romance cualquiera entre un adolescente y una criatura de la noche, no deja de ser una curiosidad mínimamente merecedora de darle una oportunidad para ver que les parece. A veces una comedia, a veces un drama o hasta un thriller, incluso juraría que tuvo un par de secuencias de batallas mas que decentes dentro de la temporada de verano, esta es una obra que tratando sobre personas buscando pasar el tiempo se permite divagar hasta en los mismos géneros que pertenece, logrando ser bastante única por así decirlo. Disfrute verla y leyendo el manga me gustaría ver mas animado en algún futuro, pero por el momento quedo satisfecho con lo visto.

2 comentarios:

  1. sinceramente yo soy una persona que no me parecia llamativo el anime, pero me acabo de dar cuenta con Yofukashi no Uta, que hay algunos animes que si valen la pena.. es que no tengo palabras para expresar lo que he sentido al ver este anime, solo que espectacular.

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