viernes, 24 de julio de 2020

Reseña: K-On! The Movie.


Durante años abandoné la idea de ver K-On! por mis prejuicios adolescentes de que era un bastión del moe sin nada más de valor, pero terminando de verla me sorprendió para bien el cómo logra mucho con poco, creando una obra que usa su mundanidad para dar un mensaje bastante agradable sobre el valor de los pequeños momentos de la vida. No obstante como prometí la semana pasada aun me queda un detalle del que escribir, la película que a manera de epilogo extendido nos presenta un último memorable momento en las aventuras del club de música ligera tras la experiencia del anime.


Siendo una secuela original que continúa después del desenlace de la popular segunda temporada, la película titulada como tal es una producción del estudio Kyoani que se estreno en diciembre de 2011, con una duración total de 110 minutos. Naoko Yamada debutó como directora de la serie demostrando sus habilidades y por lo mismo vuelve a su cargo durante esta producción para debutar en la dirección de películas, nuevamente acompañada de los guiones de Reiko Yoshida y música de Hajime Hyakkoku. Esta película ganó el premio a mejor entrega para cine en el 17th Animation Kobe Awards al mismo tiempo que obtuvo el galardón a mejor cinta en la segunda Newtype Anime Awards.


La sinopsis de esta obra es la siguiente: Las integrantes del club de música ligera de la academia Sakuragaoka se encuentran en sus últimos días como compañeras de escuela al graduarse cuatro de las cinco miembros, por lo que deciden ir por una experiencia digna de ser una memoria que las acompañe de por vida con un viaje al extranjero. Hawaii, New York, Dubai, entre otras opciones son mencionadas, pero al final del día el destino llevara a las cinco a conocer Londres para una juvenil aventura más.


Sin ser una obra especialmente profunda o complicada, K-On! siempre a sido una serie que en su calma y simple existencia a reflejado el valor de las memorias de juventud y el tiempo que pasas junto a tus amigos. Por lo mismo, este es un mensaje que en esta película a manera de epilogo se mantiene con mucha fuerza al presentarnos como el grupo quiere crear una gran memoria que las acompañe de por vida y así llegar a la graduación con una sonrisa. Este es una anime con una muy simple premisa que para algunas personas puede rozar la nada misma, pero con una brillante ejecución que se toma su tiempo para preparar cada situación termina logrando hacer mucho con el día a día de sus adorables chicas, por mundanas que sean muchas de sus situaciones están toman fuerza en las emociones que logran despertar en su publico. Aunque en el hecho de hacer memorias en un viaje turístico, es posible decir que esta película es la cristalización de la frase que lo que importa es el viaje y no el destino, que por más que visiten Londres el foco son las desventuras de estas chicas unidas en amistad gracia a la música. Y hablando de música, un punto en donde llegan muchas quejas en la serie esta en la poca cantidad de presentaciones como tal, pero la película logra un curioso equilibrio entre el slice of life y su parte musical al contar con tres increíbles puestas en escena de números musicales durante su tiempo en pantalla.


K-On! es una serie que pese a que se lo notan los años, todavía se mantiene firme. La secuela K-On!! fue todo un paso adelante en los valores de producción y como no podía ser para menos, con la película vuelven a superar su valores técnicos con todo un espectaculo visual. Aunque el diseño de personajes esta bien con su adorable esquema, los escenarios son las estrellas de la producción permitiéndose reproducir múltiples postales turísticas de Londres junto a las puestas de escena para los múltiples conciertos que esta cinta se permite. Como su primer trabajo como directora en una cinta no sera la mayor demostración del talento como narradora visual de Naoko Yamada (que esa obra llegaría en 2018 con el nombre de Liz and the Blue Bird), pero es una solida presentación de sus habilidades en este aspecto.

En lo que respecta a la banda sonora, volvemos a la mezcla de instrumentalización que uno esperaría de una serie slice of life con las insert song de pop rock/J-pop que hacen reconocible a esta obra. Las primeras conservando melodías de la serie, pero mezclando con referentes clásicos de la zona a la que viajan sirven para poner peso emocional a las escenas. Por su parte las segundas son usadas como momentos llamativos donde la pasión y talento de las protagonistas es sacado a relucir mientras hacen sus memorias de juventud. El opening de esta cinta es el alegre  despreocupado tema "Ichiban Ippai" mientras el ending es el potente "Singing!", ambos interpretado por las voces de HTT.


Repitiendo un poco mis conclusiones en la reseña de la semana pasada, K-On! es un ejemplo por excelencia de lo que un slice of life puede lograr con muy poco. Sencilla, entretenida y emocional de principio, esta es una obra que no despierta adrenalina o fuertes emociones en su publico, pero con un ritmo constante logra quedar en la memoria de quienes la disfrutaron y la película es un añadido ideal a la experiencia de estas chicas adorables haciendo cosas adorables que aun si no tiene el más profundo de los mensajes, cubre todo con su enorme corazón a la hora de divertir y hacer llorar.


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