El desastre que fue Digimon Tri me dejo con suficiente hastió y cinismo como para que no quisiera tocar la serie original durante un par de años por miedo a encontrarla peor en comparación a lo que mis nostálgicos recuerdos me decían de ella. No obstante como publique en el texto de la semana pasada sobre Last Evolution Kizuna la existencia del remake que a fechas de esta entrada se encuentra a un tercio de su transmisión a revivido en parte mi interés como para por fin plantearme hacer un re-visionado en condiciones para buscar con una visión mucho mayor que es lo que le encanto tanto a mi niño interior en su momento como para que que esta fuera una de las piezas de ficción que marcara mis memorias, así que me sumergí en toda una aventura personal para encontrar mis respuestas en algo que podría ser solo material de promoción para juguetes.
Digimon Adventure o también conocida como Digimon Digital Monster es el inicio de la franquicia Digimon como el titan multimedia que llego a ser en la actualidad aun si no es tan accesible en este lado del mundo, siendo su primer proyecto animado que inicio como un corto de 20 minutos dirigido por Mamoru Hosoda y finalmente fue dado un proyecto para una serie de larga duración. Producida entre los años 1999 y 2000 como material promocional a las mascotas virtuales que estaban en la cima de su popularidad en esos años y siendo un producto original que no seguía el manga Digimon V-Tamer 01 que ya existía previo a este trabajo, Adventure con sus 54 episodios fue el trabajo de Toei Animation en comparación con WiZ, Bandai y la televisora Fuji. Gracias a Saban Entertainment, Flatiron Film Company y otras distribuidoras esta serie no solo fue un éxito en su natal tierra de Japón, si no que durante inicios de la década del 2000 esta obra compitiera como uno de los show infantiles más populares en el mercado, luchando en igualdad de condiciones (al menos en lo que anime se refiere) con monstruos multimedia como Pokemon. La serie en si fue dirigida por Hiroyuki Kakudō, contando con los guiones de Satoru Nishizono y la banda sonora compuesta por el difunto Takanori Arisawa, aunque otros nombre importantes que rondaban por Toei en esos momentos pudieron participar en diferentes puntos, como el conocido episodio 21 dirigido por Mamoru Hosoda.
A nivel técnico debo decir que el aspecto visual es lo que uno esperaría de una serie con más de 20 años desde su estreno y que en un inicio no contaba con todos los recursos en producción. Por una parte se nota como los escenarios y fondos fueron dibujados con un estilo similar a las acuarelas con un lavado de colores que al separarse de los personajes logra crear una sensación holográfica o de otro mundo que futuras secuelas con mejores herramientas tuvieron dificultades de replicar aun si pasa desapercibido, pero mientras los fondos más estáticos de la serie tienen un simple pero atemporal encanto en ellos, los personajes y elementos con movimientos sufren de inevitables problemas de su era, como ocasionales personajes fuera de modelo. Sin embargo a sus limitaciones, en general Digimon Adventure hace un trabajo a conciencia que a envejecido relativamente bien, si aceptamos que el reciclar constantemente secuencias de acción es un valido recurso artístico en manos de un buen director. El único elemento visual que realmente a sufrido el paso del tiempo de forma considerable, es el CGI de las secuencias de transformación que aunque aceptables para su era ahora mismo resultan fuera de lugar en comparación a la estética de todo el resto de la serie. No es una maravilla atemporal, pero para lo que en un inicio era considerado como poco más que un rival para Pokemon es un espectaculo servicial con memorables momentos puntuales en donde hacen mucho con poco.
Por su parte normalmente digo que una buena banda sonora es aquella que desde el asiento de copiloto guía y acompaña el resto de la experiencia, pero contradiciendome el trabajo del compositor Takanori Arisawa (a quien quizás conozcan como el compositor tras Sailor Moon) es uno que esta presente frente conduciendo cada momento de la serie con pegajosas melodías que al ser usadas constantemente se graban en la memoria de quienes la escuchan. Lo memorables que resultan es algo que hacen esta instrumentalización iconica con su mezcla de instrumentos clásicos y electrónicos en toda su atmósfera de aventuras, desde el melancólico Aban con el que el narrador nos recibe en cada episodio de esta historia, el alegre Bokutachi, Digimon!! de cuando los niños pueden divertirse junto a sus compañeros, la esperanza por el reencuentro que representa Shouri ~Zen no Theme~, o la siniestra presencia de los enemigos por enfrentar que representa Ijou Jitai Hassei!, sin olvidar el siempre memorable Concierto de Aranjuez son ejemplos del trabajo de Takanori Arisawa explora completamente las emociones a lo largo de la obra. Sin embargo si hay temas que se han marcado a fuego en la memoria de una generación, esos son los temas vocalices que más se repiten a lo largo de la serie. Iniciando con el opening con el que debuto en la industria el difunto cantante y compositor Koji Wada, Butter-Fly marco a una generación con su optimismo y energía. Mientras tanto el compositor y cantante Ayumi Miyazaki entrego el único tema que me atrevería a decir que sonó más veces que el mismo opening a lo largo de la serie, Brave Hearts el tema que en las secuencias de transformación venia a traer esperanzas por una victoria. Mientras tanto Ai Maeda quien da su voz al personaje de Mimi, bajo su nombre artístico de AiM interpreta los ending I wish junto a Keep on que con un estilo pop dan una experiencia más tranquila en comparación al resto de la serie.
El verano de 1999 la tierra comenzó a sufrir extraños fenómenos climáticos como presagio de algo mucho más grande, el 1 de agosto siete niños que se encontraban en medio de un campamento son sorprendidos por una inusual tormenta de nieve que los obliga a refugiarse, sin embargo acabada la nevada el signo de una aurora boreal y unos extraños aparatos marcaran el inicio de su aventura viajando a un nuevo mundo. Iniciando como un show que parecía a simple vista ser solo un espectaculo infantil con un nuevo monstruo cada semana, la serie sorprende al explorar sus personajes poco a poco. A la hora de hablar de la historia hay que iniciar obviamente con el primero de sus arcos narrativos, siendo la isla file (episodios 1-13) uno de los momentos en donde la serie ser permite ser bastante tontorrona para contrastar los peligros que experimentan sus protagonistas. Los siete niños elegidos, Tai, Matt, Sora, Izzy, Mimi, Joe y Takeru se encuentran en un inicio perdidos en un nuevo mundo con paisajes que mezclan ruinas de lo que parecen creaciones humanas con elementos salvajes habitados por seres llamados digimon, en esta situación su único apoyo son sus compañeros (humanos y digimon) aun si no se conocen completamente. Sus personalidades en ocasiones rozan y nacen mal entendidos, pero al mismo tiempo mientras buscan una forma de volver a su hogar saben que dependen en parte de trabajar con los demás. Aprovechando la naturaleza episodica de la serie, esta usa los primeros episodios para explorar las características básicas de cada uno de sus personajes, sus problemas y virtudes al ponerlas a prueba. Tardando tres episodios en recién presentar el misterio de los engranes negros como algo que tienen que resolver, ya que en un inicio esta era una obra sobre niños y sus criaturas que los acompañaban enfrentados al terreno y las bestias salvajes que encuentran en su camino. No es hasta el octavo episodio que un villano como tal hace acto de presencia, el siniestro Devimon que a estado detrás de los eventos de convertir a criaturas normalmente pacificas en seres salvajes. Con su arquetipo demoníaco el presenta una amenaza mucho más seria y oscura de lo visto hasta aquel momento, siendo estratégico en su forma de ataque a los niños pero arrogante cuando tiene la ventaja en combate. En un intento de dejarlos vulnerables intenta separarlos (un acto que se volverá recurrente en otros arcos y temporadas) pero eventualmente la luz del destino y la determinación de los niños y sus compañeros acaban con el, bajo el precio del sacrificio de uno de sus compañeros digimon.
Las palabras finales de Devimon explican a los niños de que amenazas mucho más grandes los esperan más allá del mar y que no esperen que caigan como el, mientras el misterioso señor Gennai se comunica con ellos explicando como han sido llamados al Digimundo como los únicos capaces de restaurar el balance que se a perdido, pero para lograrlo deben cruzar el océano para llegar hasta el continente en donde encontraran emblemas que les darán las fuerzas para cumplir con su cometido. Ahora con un objetivo más claro en la situación comienza el arco de Etemon y el continente Server (episodios 14-20). Existe la leyenda de que la serie originalmente acababa en el episodio 13 y por eso sacan una nueva amenaza de ultimo minuto, pero aunque es cierto que algunos elementos y conceptos se improvisaron en el transcurso de la producción la serie siempre fue planeada para 54, aunque es cierto que Fox Kids probo con los primeros 13 episodios y viendo su éxito decidió licenciar su versión completa. Ya volviendo al tema de el arco de Etemon, este villano es un cantante egolatra que aunque posee muchos momentos cómicos comparado con otros de los antagonistas de la serie representa una amenaza constante por siempre estar directamente tras el grupo de niños que solo pueden huir de el hasta obtener el poder como para enfrentarlo. Los emblemas que deben buscar representan las emociones y cualidades de los niños que ya se habían visto anteriormente de manera superficial, por lo que permiten explorar estas facetas en mayor profundidad mientras se apegan a la forma de un nuevo monstruo cada episodio. Durante el conflicto con Etemon el niño que toma el centro del escenario en esta búsqueda es Tai con su compañero Agumon, quienes representan el valor pero en esta batalla verán como deben aprender que ser impulsivo y arrogante no es el camino correcto, sin embargo debe tener la determinación por el bien de los compañeros que durante el viaje se han vuelto sus amigos. Este arco aunque tiene un poco para todos, mayormente presenta las dudas, miedos y finalmente la consciente convicción de Tai de poner su vida en la linea por otros.
Siendo un breve intermedio, el legendario episodio 21 es aquel dirigido por Mamoru Hosoda que es considerado fácilmente como uno de los mejores momentos en toda la serie. Tras la derrota de la abominación en la que Etemon se había transformado durante el combate dentro de la pirámide de Datamon, Tai y Metal-Greymon son arrastrados por la fisura dimensional que surgió en la destrucción que acompaño la lucha. Algo confusos y fatigados, Tai y Koromon se encuentran en un lugar familiarmente extraño o extrañamente familiar para el par, el mundo humano. Entre la sorpresa de volver a su hogar y el miedo a como su familia habrá tomado el hecho de su desaparición, Tai se dirige a su hogar reencontrandoce con su hermana menor Hikari para la revelación de que para las semanas que estuvo en otro mundo no ha pasado ni un día en el mundo real. Tai intenta ver si sus compañeros han vuelto solo para descubrir que el es el único que ha regresado desde el digimundo, un hecho que junto a ver como las anomalías entre los mundos están causando estragos lo motivan para volver ya que no puede aceptar la idea de abandonar a sus amigos cuando el sabe que puede hacer algo para ayudar, activando con su determinación la puerta hacia el mundo que de salvar. Reviviendo las motivaciones para esta aventura y demostrando las cosas que están en juego, este episodio rebosa de la humanidad que hace grande a la serie junto a una maravillosa animación que usa la idea del lavado de colores en todo un nuevo nivel.
Regresando al digimundo Tai se encuentra con que han pasado alrededor de dos meses desde que desapareció y sus amigos se han separado con la esperanza de encontrarlo, sin embargo desde las sombras una nueva amenaza intenta guiarlos en otra dirección para que no encuentren su verdadero potencial, pero cuando esto falla el villano no duda en demostrar la diferencia de poder entre los niños elegidos y el, siendo todo un nuevo nivel de peligro que no duda en matar a sus propios secuaces si estos le fallan. Siendo el tercer arco como tal, Myotismon y la eventualmente invasión de Tokyo (episodios 22-39) es el más largo y desarrollado de todos los arcos narrativos de la serie, enfocando al grupo de protagonistas y sus problemas con una seriedad que uno no esperaría de una serie infantil como esta. Divida en dos secciones, inicia con los chicos separados y con Demidevimon jugando con las inseguridades de los niños para evitar que despierten su verdadero poder, desde Sora que no confía en que su "amor" pueda ayudar a los otros al mismo tiempo que no confía en si misma debido a la relación con su estricta madre que desea que siga sus pasos, la curiosidad de Izzy y lo que puede acarrear su búsqueda de conocimientos cuando sabe que sus padres le ocultan algo, lo honesta que es Mimi consigo misma y sus deseos aun si se esta esforzando en pensar en otros, el como Joe tiene un honesto sentido de la responsabilidad aunque debe aprender que pesos cargar por sus propios deseos y no por las expectativas de otros y Takeru que no debe perder su confianza en los lazos con sus compañeros. La segunda parte es cuando Myotismon decide atacar el mundo humano en búsqueda del octavo niño elegido cuya muerte aseguraría que la profecía de su derrota jamas se cumpliera. En la segunda mitad los temas se mantienen pero elementos del cambio de locación aportan mucho peso aun si no te das cuenta, por dar un ejemplo puntual, cuando vuelven al campamento lo primero que hace Mimi es abrazar a una chica que nosotros no volveremos a ver en la serie, es un detalle insignificante que refleja el como los niños tenían razones para volver y no es el único, ni el ultimo momento que muestra en lugar de contar sobre como estos niños han vivido. Con el misterio del octavo niño, la aparición de los padres de los elegidos y como sus relaciones con estos los han moldeado a como los conocimos en un inicio, junto a un conflicto en mayor escala a lo visto anteriormente este es un arco que demuestra el poder como grupo que tienen los protagonistas dando oportunidades para que todos brillen bajo el reflector aunque sea por un momento en lo que podría haber sido un final satisfactorio.
Con Myotismon derrotado gracias a la ayuda de Hikari a la hora de cumplir con la profecía que advertía de su existencia, todo parecía tranquilo como para que los niños elegidos y sus padres por fin puedan tomar un pequeño respiro tras todo el caos que han vivido. No obstante en el cielo un extraño fenómeno se encuentra ocurriendo, ya que las fisuras entre dimensiones se encuentran empeorando y el digimundo parece estar en curso de colisión con la tierra lo cual seria causa de múltiples catástrofes para ambos mundos. Viendo el peligro que se acerca los niños elegidos deciden viajar una vez más al digimundo para asegurarse de restaurar el equilibrio, sin embargo años han pasado desde que se fueron y un nuevo enemigo a aprovechado para conquistar el mundo en su ausencia. El arco de los Dark Masters (episodios 40-52) viene a presentar nuevamente un enemigo aun más poderoso que el anterior, ahora en la forma de cuatro tiranos que no dudan en asesinar a todo digimon que se interponga en su camino. La confianza en si mismos que obtuvieron en la batalla contra Myotismon se pone a prueba nuevamente ante la crueldad despiadada de sus enemigos, mientras ven caer aliados que obtuvieron en los primeros episodios. La presión de los eventos lleva que los roces entre las personalidades de los niños causen discusiones y peleas entre ellos, caracterizado particularmente por como Matt que representando la cualidad de la amistad termina cometiendo actos que amenazan con separar al grupo. Este arco sufre un poco de tener muchos eventos reunidos en poco episodios dejando una sensación de que algo más de tiempo se necesitaba para terminar de explorar sus temas, sin embargo con la caída de los cuatro Dark Master esta historia aun no acaba...
Después de derrotar a cada miembro de los Dark Master llegando a la cima de la montaña espiral, Gennai llama a los niños elegidos para explicar que cada enemigo que han derrotado a sido un efecto secundario a la existencia del ser que causa las anomalías entre los mundos. Desde un lugar donde nada debería existir, más allá del muro de fuego llega la existencia de Apocalymon, avatar del rencor y desesperación de todas las criaturas destruidas cuyo único propósito es esparcir su oscuridad. Con solo dos episodios para que la serie acabe Apocalymon es un enemigo final que aparece de la nada, pero que resulto memorable cuanto menos. Al negar los poderes con los que los niños elegidos han luchado hasta este momento, el resulta ser la ultima prueba sobre todo lo que han vivido a lo largo de su aventura, revelando que los amigos, las risas, las penas, todo eso vive dentro de ellos y finalmente sera la respuesta para que puedan vencer a la desesperación mediante su propia esperanza, por que han crecido cada día y son más que los niños asustados de su primer visita al digimundo. Tras la derrota de este ultimo villano, el mundo digital renace permitiendo el regreso de todos los aliados que perdieron sus vidas en el viaje. Sin embargo los niños no tienen mucho tiempo para celebrar junto a sus digimon, ya que es hora de que vuelvan a su mundo, dando lugar a una emocional despedida entre amigos que se prometen algún día volver a ver, con cada niño y digimon actuando acorde a las personalidades que hemos visto a lo largo del viaje. Sera cursi, pero es un final más que apropiado para una serie infantil con el mensaje de seguir adelante valorando los recuerdos que se hacen en el camino.
Para el miedo que tenia a que no fuera como la recordaba debo decir que es cierto que la animación a envejecido, pero dentro de todo el re-visionado que hice previamente a este texto a sido algo que he disfrutado completamente. Narrativamente peca mucho de seguir sus formulas de separar al grupo y reunirlo, o de invocar un enemigo mayor que no había sido mencionado antes tan pronto como se a muerto el que estaba de turno, sin embargo bajo esos problemas que podrían considerarse como parte de una obra que solo busca promocionar juguetes sin mucho esfuerzo existe un nivel de caracterización en el cuidado de sus personajes que es envidiable en series actuales. No tiene mensajes especialmente profundos, pero no subestima a su publico ni duda en presentar aun si es sutilmente el divorcio, la adopción, el miedo y situaciones algo difíciles de manejar. Sus niños se sienten como niños reales y la serie posee un fuerte poder emotivo dado mediante los pequeños detalles a lo largo de los 54 episodios que hacen que esta serie sea tan importante para mi aun con el paso de los años. Ahora con un tercio del remake ya visto queda ver que nuevo rumbo le dan a la aventura para una nueva generación, que con un mayor enfoque en la acción parece tener ideas interesantes aun si queda ver si podrá igualar el corazón de la original.
Menudo viaje al pasado ha sido tu reseña/análisis, la verdad es que esta es de esas series que, si te gustaron, dejan huella (aunque a veces las olvidemos un poco).
ResponderBorrarGenial tu artículo Rubén, me recordó mis muñecos armables de Garurumon XD...
Saludos!
Gracias por el comentario.
BorrarEl visionado y algo de investigación que hice de ella realmente me ayudo a valorarla.
Junto con Tamers, de las mejores series de digimon que se hizo la verdad, no conocía lo del episodio 21, pero me parece un gran capitulo igualmente.
ResponderBorrarUn saludo ^^
Gracias por el comentario.
BorrarTamers es otra que planeo revisionar, aunque ya no será este año. Por mientras espero ver que tal resulta el remake de Aventure.
Adventure tiene sus cosas, pero los niños aun si no pelean pasan su cuota de miserias y pruebas en los episodios, aun si los Digimon son lo más memorable.
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