viernes, 24 de enero de 2020

Reseña: Ogeha.


Quizás superficialmente el enorme catálogo de mangas existentes pueda parecer repetitivo entre sus shonen, comedias románticas e isekais varios. Pero si uno está dispuesto a buscar entre todo eso, es posible encontrar obras "curiosas" por decir lo menos. De entre mis casuales descubrimientos al buscar algo aleatorio que leer me encontré con una excéntrica historia que aun si no puedo calificar en límites como algo bueno o malo, fue lo suficiente peculiar para tener mi atención de principio a fin con su relato de un chico y un alien insectoide.

Siendo un manga publicado originalmente por la revista Comic it de la editorial ASCII Media Works, entre febrero de 2015 y agosto de 2016, Ogeha es un curioso manga de ciencia ficción y romance escrito e ilustrado por el excéntrico artista Oimo (siendo su único trabajo publicado de manera oficial, independientemente de sus trabajos en el circulo Jaga Butter) que contó con un total de 15 capítulos repartidos en un total de tres volúmenes recopilatorios lo cual da una lectura en general ligera en su consumo de tiempo aun si sus temas se le pueden hacer pesados a más de una persona.


La sinopsis de este manga es la siguiente: Un chico de secundaria de nombre Kiji, en apariencia común un día presencia cómo un misterioso objeto cae desde el cielo en un parque cercano a su apartamento. Siguiendo su curiosidad decide ir a investigar y entre un grupo de árboles muertos descubre una extraña crisálida que en su interior contiene a una criatura híbrida entre humana e insecto. Llamándola repugnante, Kiji rompe la crisálida y arrastra a la entidad a quien nombra Ogeha hasta su casa donde la oculta cual gato o perro callejero comenzando así sus interacciones.

Creo que ya con la sinopsis pueden hacerse una idea de la clase de historia de chico conoce extraña chica, que es esta obra. Sin embargo uno de los puntos más interesantes y/o desagradables de este manga nace de un golpe de serendipia por parte del autor a la hora de no saber como terminar de escribir a su protagonista como un personaje estoico y misterioso en su lugar dejándolo como alguien sin mayor  sentido de la empatia que no se preocupa por nadie mas que el. Ogeha en su brevedad resulta tratar en cierta medida (ya sea a propósito o por casualidad) los temas de la dependencia emocional, abuso, prejuicios y hasta síndrome de estocolmo aun si en realidad Oimo deseaba escribir una especie de romance mucho menos oscuro de lo que terminó siendo impreso y publicado.

Ya en lo que respecta al trabajo visual, no tengo nada de qué quejarme. Oimo logra no solo tener un dibujo con su propia personalidad, que aunque limpio no carece de detalles y logra destacar aun si no es algo que reinvente la rueda en lo que es estilo tanto en personajes como escenarios. Uno de mis puntos favoritos en la obra es el como nunca sexualiza a su criatura co-protagonista, manteniéndola en ese extraño equilibrio entre adorable y desagradable lo cual veo como positivo cuando no es algo tan común.


Como ya dije anteriormente en algún punto de esta entrada, al final del día no se si decir que este sea un manga bueno o malo pero entre que no toma mas haya de un par de horas el terminarlo y lo curioso de su arte, es algo que puedo recomendar que intenten leer por el simple hecho de ser una obra curiosa cuanto menos. Quizás no sea para todos los estómagos, pero lo experimental puede que lo compense.

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