Avanzando durante días por un basto desierto bajo un cielo repleto de espejismos que forman patrones fractales, una irritable chica arrastra consigo un pesado cañón en dirección a una ciudad de leyendas. Exhausta, encuentros con extrañas criaturas le harán preguntarse quien es ella, que es lo que desea lograr con sus actos y los motivos que la han llevado a esta peculiar situación. Con esta premisa empieza la breve y surreal novela visual desarrollada por el artista independiente motijan, la cual desde 2023 a estado disponible en un total de 11 idiomas gracias a al trabajo editorial de Nikita Kryukov y otros traductores de variados países. Con múltiples finales, esta es una lectura que brilla bastante en su minimalismo.
Logrando ver todos sus finales en poco menos de dos horas con algo de suerte, que un buen par de ellos son cosa de constante prueba y error, q.u.q. es una de esas experiencias que no sobrepasan su bienvenida aun si terminan dejando mas dudas que respuestas a todo lo visto. Empezando con una antipática y hostil protagonista, esta obra nos invita a acompañar a Hachi en su misión de usar su cañón para alcanzar su propósito sea cual sea este, interactuando con uno que otro excéntrico en medio del camino, viendo poco a poco retazos de los eventos que la han llevado en una conflictiva dirección. No puedo decir mucho mas sin arruinarles las sorpresas que contienen los posibles rumbos de su historia, pero intentando mezclar algo de humor y un sentimiento de inevitable tragedia logra construir un extraño cuento de hadas con los escasos retazos de información que nos va entregando.
Y hablando de un raro cuento de hadas, es la particular estilización visual de esta novela que la hace algo bastante interesante de tener entre manos al punto de ser la razón por la que en un impulso decidí probarla. Luciendo un uso constante de tonos de rojo, blanco y negro para construir su identidad, aun si contadas escenas muestran otros colores, el trazo casi de borrador hace que su arte uno que caminando entre el brutalismo y el minimalismo invite bastante a pensar en el fin del mundo que nos muestra, recordándome al mundano absurdo de los particulares mangas de Tsukumizu. Por su parte la banda sonora para q.u.q. es trabajo del compositor y productor de vocaloid IME44, quien con un sentido tanto del absurdo como de misticismo logra crear una veintena de melodías que buscando ser evocativas nunca dejan de sentirse apropiadas a sus momentos. Aunque si hay un tema que no tiene perdida en esta experiencia es Ningen ni naritai que usa las voces sintetizadas de Kaai Yuki y KAFU.
Curiosa cuanto menos, esta pequeña obra quizás carezca de la duración como para explorar a fondo a su protagonista y el desesperado mundo en el que le a tocado vivir, pero abrazando con todo lo que tiene el surrealismo que sugiere su estética no deja de ser una agradable lectura ligera. q.u.q. será una novela visual rara, inicialmente confusa, en instantes depresiva, constantemente absurda y por sobre todo corta, pero es algo no lamento experimentar, que siendo su mayor y único pecado el dejarme con ganas de más, mas de una cosa abra hecho bien. Si bien no es para todos los gustos, si disfrutan de las obras mas experimentales y autorales este titulo bien podría interesarles, que sin pedir que inviertan demasiado de su tiempo en ella no perderían mucho de darle una pequeña oportunidad.
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