El manga como cualquier otro medio creativo ofrece una increíble variedad de perspectivas y temas que encontrar en el largo abanico de obras y autores a explorar, pasando desde simples historias para todo público, a los relatos mas extraños y retorcidos que solo un pequeño nicho apreciara. De este segundo grupo de obras, Dowman Sayman es desde hace unos buenos años uno de los autores que con mayor facilidad a capturado mi atención con sus extravagantes, algo cuestionables y muy estilizados trabajos. Cruda, vulgar, absurda y ocasionalmente emocionalmente honesta, hoy escribo de una obra que admito disfrutar y hasta amar, pero cuya lectura solo puedo recomendar bajo sus propios riesgos, que no hay lugar a dudas con que este manga es uno que no quieres que te encuentren leyendo en publico.
Siendo serializada algo inconsistentemente desde agosto de 2012 hasta julio de 2020, primero en las paginas de la revista para adultos Comic Hotmilk para luego pasar a manos de la revista Comic Megastore Alpha, Oddman 11 es un manga de comedia picante escrito e ilustrado por el peculiar artista y autor Dowman Sayman de quien quizás hayan escuchado en ciertos nichos por obras como Nickelodeon o The Voynich Hotel, pero posee una larga trayectoria de oneshots, doujins y participaciones en antologías de lo mas variadas desde que sus trabajos empezaron a circular desde los años 90. Contando con un total de 50 capítulos hasta la fecha, esta obra se a recopilado en dos volúmenes y se considera finalizada. Aunque cabe mencionar que en los extras del volumen 2 medio en broma se mencionan planes para una continuación en 2026, por lo que queda esperar y ver si llega a ser real.
La sinopsis para este manga es la siguiente: Siendo a simple vista una estudiante de secundaria normal y corriente, Setsu se enamora a primera vista de un chico llamado Itami y decide intentar salir con el. No obstante para su sorpresa, Itami es uno de los once Oddman en la escuela, siendo las otras personas con tales títulos sus nueve exnovias y su hermana. Inspirada por cierta obra con múltiples adaptaciones con una premisa similar, Setsu decide que si se vuelve alguien capaz de derrotar a las antiguas parejas de su amado tendrá el derecho a considerarse como su autoproclamada novia actual. No obstante esta misión no será nada fácil para una chica aparentemente común, ya que teniendo anormales cualidades físicas o aberrantes compulsiones mentales, todas sus rivales son un peligro de una forma u otra. Así que determinada a ganar comienza a convivir con estas excéntricas existencias.
Iniciando con una premisa que es tanto parodia como referencia a Scott Pilgrim vs. the World, Oddman 11 resulta mas cercano a una pieza de slice of life que una serie de batallas consecutivas cual popular nekketsu, colando entre chistes sexuales, humor de inodoro, y bromas referenciales bastante especificas, poco a poco, la historia de como una chica "normal" con su anormal interés por los extraños e inadaptados a su alrededor termina creando cierto sentido de unidad y compañerismo, aun si es en la forma de un inesperado harem lésbico. Dejando la meta del noviazgo un poco de lado para mostrarnos mas de los "duelos" entre sus personajes y como conviven después de estos, resultando en uno de esos relatos en donde el viaje importa mas que el destino, presentándonos en sus disparatadas aventuras como los Oddman son tanto la cualidad que les de el titulo, como individuos propios viviendo con las ventajas y desventajas de sus peculiares existencias. Absurdo pero sin nunca resultar particularmente aleatorio, el desarrollo de personajes progresa a paso firme a lo largo de sus paginas, aun si su sentido del humor seco bien camufla este detalle hasta los momentos mas enternecedores o melancólicos que se ocultan entre lo grotesco.
Enmarcando su excentricidad con el tan limpio como anguloso dibujo de contrastantes blancos y negros que caracteriza a su particular autor, bebiendo de influencias como el artista estadounidense Mike Mignola creador de Hellboy, este es un manga con una personalidad bastante única. Si bien no es una lectura para todos los públicos, si pertenecen al nicho que esta obra cuestionablemente apunta se encontraran con una curiosa gema difícil de olvidar. En el caso de que nunca antes hayan leído nada de lo creado por Dowman Sayman, creo que encontraran experiencias mas agradables en probar leer The Voynich Hotel, Nickelodeon. Pero si deciden bajo su propio riesgo insistir en empezar con este titulo que sin ser pornográfico es solo para adultos, o terminan curados de espanto y se ven capaces de consumir todo lo hecho por este artista, o no vuelven a tocar sin guantes algo hecho por el.
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