El año pasado me encontré con un mangaka que para bien o para mal no me dejo indiferente a su narración febril con la literal orgia de violencia y sinsentido que llenaban sus paginas, al punto de prometerme a mi mismo el a futuro leer algunos mas de sus trabajos para ver que clase de locura puede volverme a ofrecer. Estando con los ánimos como para leer algo que quizás pudiera revolver mi estomago aun si me considero algo desensibilizado a estas alturas, pero sin querer invertir demasiado tiempo en la lectura, la obra a la que dedico una entrada el día de hoy a sido una de sus creaciones mas breves que con su peculiar personalidad nos presenta un retorcido fragmento del día a día de un par de amigas que no parecen estar en todos sus cabales en lo que parece ser el fin del mundo, condensando en sus paginas toda la locura que puedo esperar del autor en una experiencia difícil de digerir.
Velveteen & Mandala o también conocido por su original titulo de Becchin to Mandara es un manga escrito e ilustrado por el particular mangaka y guitarrista Jiro Matsumoto, que tras estudios universitarios de escultura se ha hecho de un nombre en el nicho del arte violento, sexual y surrealista publicando sus trabajos en revistas de demografía adulta contando con títulos como Freesia, Uncivilized Planet, Keep on Vibrating o Jyoshikohei cual fue mi primer acercamiento a sus trabajos con una surreal guerra entre mechas orgánicos en el limite de la realidad. Volviendo a la obra a la que le dedico esta entrada, con un total de catorce capítulos originalmente serializados entre los años 2007 y 2009 en la actualmente cancelada revista bimensual Manga Erotics F de la editorial Ohta Publishing en su linea de subculturas provocadoras que bien se recuerda como la cuna de la original Battle Royale en 1999. Eventualmente impresa en un solo volumen recopilatorio, esta obra obtuvo una licencia de traducción en ingles al ser traída al mercado occidental mediante la editorial Vertical.
La sinopsis para esta lectura es la siguiente: Con Tokyo convertido en un estado militar donde la vida de sus habitantes transcurre entre las ruinas que quedan tras los constantes bombardeos que han creado una imagen post-apocalíptica, dos jóvenes estudiantes fuera de lo normal sobreviven como pueden en medio de la nada al residir en un tanque abandonado a las afueras de la ciudad. Con Becchin sufriendo de alucinaciones paranoides mientras Mandara Legrand demuestra otros extraños comportamientos por las falta de sus medicinas prescritas, estas amigas caminan en medio de la destrucción mientras su percepción de la realidad se desmorona entre ataques de lo que ven como muertos vivientes y parciales recuerdos de lo que alguna vez pudo ser su vida antes de exterminar zombies.
Vista y narrada a través de los ojos de sus protagonistas, Velveteen & Mandala nos presenta bajo un filtro de omnipresente locura una mezcla del presente, pasado y delirios que se viven simultáneamente para presentarnos una historia en donde hasta la ultima pagina es difícil saber que sucede por real y que es fruto del deteriorado estado mental en que se vive entre las condiciones en las ruinas y la obvia malnutrición. Entre la vida y la muerte, entre realidad y visiones, estamos ante un sin sentido donde la violencia, la escatología, lo sexual y el humor negro realmente no tienen mayor punto de estar presente, sin embargo existen y por eso revolverán tu estomago con escenas mucho mas graficas a cualquier medida de buen gusto que podrías desear. Inconfortable, careciendo de una linealidad en sus eventos que facilite entender que ocurre realmente, este es un manga que solo puedo describir como los peores sueños febriles que uno puede llegar a tener y simplemente desea olvidar, que lo único que te a dejado es con las dudas de por que tomaste este libro en primer lugar.
En lo que respecta al apartado visual de esta obra, solo puedo decir que llamar diferente al estilo de Jiro Matsumoto es quedarse algo corto. Lejos de ser el mas prolijo artista, sus trazos rápidos y frenéticos ambientan sus escenarios en un contraste entre los caóticos detalles con los mas crudos bocetos que se siente apropiados para los elementos de surreal demencia que abundan en sus obras. Ruinas descuidadas, un mundo descuidado y personajes que a simple vista parecen no estar del todo bien, su dibujo es uno con una clara identidad que logra transmitir la incomoda atmosfera que acompaña a sus escenas de las mas "normales" a aquellas mas explícitas mas allá de simple violencia y sangre, que no bromeo con que llega a ser escatológica en su propuesta de poco convencional dadaísmo que rechaza a todo nivel las expectativas o el encanto convencional que uno podría esperar.
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