Adolescentes teniendo que cargar con las responsabilidades de cambiar su mundo, son pan de cada día en la ficción. Adolescentes teniendo que pilotear un poder mas grande del que creen poder manejar, forma parte vital de la animación japonesa con solo ver el catalogo de todos sus mechas y series militares. Sin embargo por mas comunes que sean este tipo de historias en todo medio siempre podemos encontrar experiencias que logren diferenciarse de entre el resto por sus méritos. Siendo la recomendación de una amiga cuyos gustos siempre llevan a obras bastantes diferentes, me encontré con una obra que bien merece su estatus como uno de los representantes ya clásicos del shoujo-ai, pero no solo se queda en ofrecer romance en tiempos de guerra, si no que esta dispuesta a presentar sus ideas hasta las ultimas consecuencias con una ejecución como pocas veces he visto llevar de principio a fin.
Simoun es una serie de animación original creada por el trio de escritores Shō Aikawa, Yoshizaki Sasa y Gō Mihara. Compuesta por un total de 26 episodios que se transmitieron originalmente entre abril y septiembre de 2006, esta fue una producción bastante ambiciosa por parte del estudio Deen, contando con la dirección de Junji Nishimura quien en esos años era reconocido por su similar rol en el anime de Ranma ½, el trabajo fue asistido de otros guionistas y directores para sus episodios, incluyendo sin limitarse a nombres como Mari Okada, Toshiyuki Kato o Shigeru Ueda. Sin olvidar el rol de Shichiro Kobayashi como director de arte, mientras la banda sonora es parte del trabajo del compositor Toshihiko Sahashi a quien quizás reconozcan por trabajar en Gundam SEED o múltiples temporadas de Kamen Rider. Contando como material relacionado, Simoun llevo en su año de salida a un manga que presentaba una historia alternativa de sus eventos por parte de Hashiba Hayase en la revista Comic Yuri Hime, mientras la editorial Megami Bunko presento una novela ligera escrita por Junko Okazaki e ilustrada por Asako Nishida. Igualmente existe un juego de simulación y aventuras para PlayStation 2 bajo el nombre de Simoun Rose War ~Ri Mājon of Sealing~ que salió al mercado en 2007 tras retrasarse un año.
La sinopsis para esta obra es la siguiente: En el mundo de Daikuuriku donde todos sus habitantes nacen como mujeres, la teocracia de Simulacrum a mantenido su paz gracias a su acceso a los llamados carros de los dioses, los Simoun, maquinas voladoras cuyo poder completo en la forma de Ri Maajon se desconoce y solo pueden ser pilotadas por jóvenes que aun no pasan por el rito de selección de genero. No obstante estas tecnologías "divinas" despiertan las envidias de las naciones vecinas de Argentum y Plumbum, llevando al inicio de una guerra con el objetivo de hacerse con el control de los secretos tras los Simoun en un intento de encontrar una solución a los problemas de su constante industrialización. Siendo la única fuerza de combate real en Simulacrum, las sacerdotisas de Tempus Spatium o Sibyllae se ven con la misión de enfrentar al ejercito enemigo aun si ven sacrílego el usar un artefacto sagrado para ese cometido, recibiendo una excepción a seleccionar un genero mientras sirvan de pilotos en un conflicto que no parece detenerse.
Bajo una enorme y compleja serie de terminologías que existen para presentarnos este nuevo mundo donde seres humanoides luchan por sus vidas bajo la luz de sus dos soles, la historia que nos presenta Simoun es una compleja, pero no tanto por conflictos políticos o territoriales, si no que el conflicto interno que cada una de sus protagonistas realizan a lo largo de la serie. Sibyllae o Sibila, las sacerdotisas abordo de los titulares vehículos voladores, ven sus vuelos rituales convertidos en patrullajes y combates donde se juegan la vida, obligadas a abandonar sus cómodas rutinas en nombre de lo que es correcto para proteger su nación, solo recibiendo una excepción temporal a la decisión definitiva sobre su dimorfismo sexual que las definirá como adultos por el resto de sus vidas, pero esa excepción a tomar una decisión ante las preguntas en su vida la motivación de los conflictos que todos los personajes enfrentan en esta historia. La oportunidad de elegir es un beneficio que de apartar demasiado bien puede seleccionar por ellas cuando se queden sin tiempo, pero igualmente tomar un camino es dar la espalda a todas las otras opciones, con esta libertad se presenta la ansiedad de sus adolescentes empujadas al campo de batalla donde los cambios constantes de la situación las obligan a elegir rápidamente o quedar paralizadas en el flujo de los eventos como meras marionetas del destino, llevando así una exploración de sus metas y aspiraciones en medio de una guerra cada vez mas desesperanzadora para su bando. Decisiones sobre sus identidades, decisiones sobre sus relaciones interpersonales, decisiones sobre el futuro que les espera y decisiones que les son negadas por las acciones de otros, esta búsqueda por alcanzar el ideal de libertad en un mundo de limitaciones es la idea que se explora desde los primeros minutos del show, sin dar respuestas claras en su paso de una idealista infancia a la inevitable adultez, pero invitando con sus preguntas a sacar las conclusiones que veamos a través de un espectaculo que se toma su tiempo para presentar todos sus matices, aun si puede ser demasiado meditativa para su propio bien cada tanto.
Aunque para estándares de hoy en día se notan a simple vista las huellas de la década y media que a sobrevivido esta obra desde su estreno, se puede decir que a envejecido como el vino, siendo uno de los mejores exponentes de los cambios de técnicas, estilos y herramientas que sucedió tras el cambio de milenio con su propia estética retro. Escenarios pintados en lo que aparenta ser suaves acuarelas entre los idílicos territorios de Simulacrum y la distopia industrial del resto del mundo componen un atractivo a la vista. Un pulido CGI para sus improbables naves voladores y combates aéreos luce bien para la época con la única excepción de las explosiones y Ri Maajon que cada tanto se quedan corto al impacto que desean presentar en su ambicioso concepto. Además de un diseño de personajes variado que hace que sea fácil diferenciar a cada una de las protagonistas mas allá de lo que se podría considerar un fanservice en los primeros episodios, llevan a un espectaculo que se ve bello en su intento de mezclar tanto lo clásico como lo innovativo en un reflejo de lo que su historia nos presenta. Mientras tanto el trabajo de Toshihiko Sahashi componiendo la banda sonora ayuda a construir el anacronismo que hace atemporal a esta obra, haciendo uso de su gusto por la música sinfónica, además del teclado con ocasional jazz para construir melodías que se acercan mas al territorio de la música clásica occidental. Desde Youen Naru Kizuna no Hibiki, Josei Kokka Dai Ichi Gakushou Kyuu Jinrui o Josei Kokka Dai Yon Gakushou Josei Kokka Kakuritsu, podemos encontrar ejemplos de la fuerza que puede transmitir. En lo que respecta a temas de entrada y cierre tenemos el bello opening "Utsukushi Kereba Sore de Ii" interpretado por Chiaki Ishikawa, mientras el ending es "Inori no Uta" de savage genius.
No será una serie perfecta por que el inicialmente lento ritmo de sus episodios puede alejar a mas de una persona de una experiencia que logra mucho con las ideas que toma, pero esta serie es una de las que mas se acerca a esa clasificación dentro de todo lo que he visto en años. Con un drama y una ciencia ficción que apuesta ambiciosamente a dejar una clara impresión en su publico con sus mensajes que invitan a pensar en todo por lo que estas chicas vivieron y lucharon, dejándolas a camino de un futuro incierto en donde solo podemos desear que terminen satisfechas tras las decisiones que finalmente tomaron. No es particularmente violenta, pero por algunos de los temas que llega a tocar bien es una recomendación mayormente solo para jóvenes adultos, pero si están dispuestos a explorar esta experiencia de principio a fin es probable que vean una obra difícil de olvidar.
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