Reseña: Vampire in the Garden.

Siendo una breve serie sobre vampiros con la que inesperada me encontré, seguir mi curiosidad para ver que ofrecía en su limitado numero de episodios fue algo que resulto naturalmente. Recordándome los ambiciosos ovas y onas que se veían en cantidad antaño, con todo y sus problemas, estamos ante una experiencia que facilmente puede ser llamada emocional, en un relato que toma elementos de todo mito, folclor y pieza de cultura popular que asociamos con relaciones de humanos y chupasangres para presentarnos un viaje entre dos mujeres que no son normales para los estándares que esperan sus congéneres, aun si en todo sentido de la palabra este es un viaje con muchos altibajos que no prometen un final feliz al final del camino en búsqueda de un sitio en donde puedan coexistir.

Siendo una producción original destinada a transmitirse digitalmente por el mundo, la tragedia de ciencia ficción que es Vampire in the Garden es una resiente serie de cinco onas que rondan los 30-25 minutos de duración, producto del trabajo del estudio Wit con el patrocinio y distribución de Netflix. Anunciado originalmente en 2019 y tras al parecer unos retrasos, se estreno finalmente el 16 de mayo de este año. Dirigida y escrita por Ryōtarō Makihara con la asistencia de Hiroyuki Tanaka, el diseño de personajes perteneció al animador Tetsuyo Nishio bajo la dirección artística de Shunichiro Yoshihara, sin olvidar la banda sonora compuesta por el musico y bajista Yoshihiro Ike con una trayectoria de 20 años en la industria, con películas, videojuegos y animes en su currículo.

La sinopsis para esta serie de onas es la siguiente: Simplemente un día como cualquier otro el mundo cambio. Ya sea que siempre estuvieron con nosotros o fueran algo reciente, vampiros aparecieron por todas partes sumiendo el mundo en el caos de una guerra por supervivencia. Con los humanos reducidos a poco mas que obreros y soldados manteniendo las luces y las capacidades defensivas de sus ciudades fortalezas, música y entretenimiento son considerados innecesarios. Momo una adolescente con una idealista visión del mundo y Fine la reina de los vampiros que abandono su trono, su encuentro accidentado las llevara a un viaje donde buscan una salida al estado del mundo que deben vivir, siguiendo los rumores de un paraíso en donde son libres de convivir y explorar sus metas.

Esta es una serie que en sus mejores momentos nos presenta la historia emocional sobre sus dos protagonistas buscando su lugar en un mundo hostil y peligroso, cargando esperanzas por encontrar un paraíso de convivencia y aceptación que parece no existir en ningún lugar de las tierras heladas y en ruinas que encuentran en medio de su camino escapando de la guerra entre humanos y vampiros. Como tal, es una experiencia que si bien puede pecar de ser algo cínica, es una simple pero efectiva tragedia clásica sobre vampiros que resulta familiar a quien haya consumido algo sobre los seres de la noche en el ultimo tiempo. El problema de esta obra viene de como depende demasiado de la cultura popular alrededor de sus mitos para llenar el espacio vacío y algo inconsistente que es su mundo cuando lo piensas detenidamente, desde subtramas sobre la política y el conflicto del que Momo y Fine escapan sin presentarnos mas que la superficie de sus razones, pequeños vistazos a distintos tipos de vidas en este post apocalipsis y notoriamente el como la humanidad vive prohibiendo la música para no llamar la atención cubren sus ciudades con juegos de luces que vuelven sus refugios en enormes faros, aunque bien puedo reconocer que puede ser que lo de la música sea mas un acto de no querer imitar las costumbres del enemigo con sus gustos por banquetes y bailes. Vampire in the Garden funciona para lo que intenta en sus poco mas de dos horas, pero no tiene el tiempo para explorar en fondo todo lo que plantea, dejando que el espectador sea responsable de suponer cosas para mantener el sentido de los eventos aun si deja claramente con un deseo de haber querido ver algo mas completo de lo que fue entregado.

Visualmente estamos ante una obra de altibajos, con algunas escenas de clara belleza pese a lo crudo de sus elementos contrastando de manera interesante, pero cada tanto nos ofrece escenarios simples en donde se puede ver facilmente que detalles fueron agregados digitalmente por contrastar distractoramente. No es lo mejor que haya salido del estudio Wit, pero no voy a negarle que cuando quiere ser artística logra presentarse a la altura de toda la ficción clásica que a tomado referencia, con una mezcla entre lo gótico y una Rusia en ruinas, con una que otra emocionante escena de acción, aun si personalmente recordare con mas aprecio algunas de sus pausadas postales que permiten demostrar las emociones que viven sus personajes en distintos puntos de este viaje. Musicalmente esta es una experiencia que se deja disfrutar, que con dos protagonistas unidas por su pasión por la música, se nos ofrecen todos tipos de melodías para acompañar su viaje de descubrimiento, desde los instrumentos mas clásicos y finos, populares grabaciones en medio de la carretera, temas folclóricos, o simples acapelas, música forma de lo que las mueve de un lado a otro, aun si su mundo da la bienvenida a las risas y canciones, llevando a que su uso apoye la fuerza emocional de cada uno de sus momentos a lo largo de los cinco onas.

Para animes con la temática de vampiros bien viene a ser de lo mejor que he visto en el ultimo tiempo, pero siendo lo ultimo que vi Vlad Love no es como si mis expectativas estuvieran muy altas. Al igual que Bubble el anterior trabajo del estudio Wit en salir directamente para Netflix este año, esta es una experiencia interesante y entretenida que ver durante una tarde, pero no es algo que resista el que se piense detenidamente de todo lo que propuso pero lo poco que decide concretar. Funciona y puede sacar una que otra lagrima con sus mejores momentos de honesta emotividad, pero no resulta nada realmente memorable, especialmente por sacar un idealista final "feliz" en medio de lo que era una tragedia clásica, pero, aun si puedo recomendar que le den una oportunidad como mínimo, que como ona u ova de antaño invita múltiples posibilidades que quizás con mas tiempo hubiera explorado.