Los insectos son uno de los elementos más omnipresentes en la vida humana, siendo una de las formas de vidas más numerosas en el planeta y formando constante e inevitable de nuestra sociedad. Por lo mismo suelen representar diferentes ideas en nuestra ficción, desde plagas y emociones parasitarias o codependientes, a como los más pequeño e insignificante eventos pueden ser parte vital del mundo, al mismo tiempo que con sus peculiares ciclos de vida son claros ejemplos de lo cambiante de la misma. Menciono esta idea por que cuadra bastante con los mensajes presentes en una de las ultimas obras que he decidido releer por estos días, presentando en la historia de dos chicas compartiendo sus vidas, el como los más pequeños de sus actos las llevan a enfrentar el futuro que ellas mismas se han forjado.
Mai no Mushigurashi es un manga escrito e ilustrado por el artista independiente conocido por sus seudónimos de Ame to Toga o Amagappa Shoujogun, el cual es conocido comercialmente mayormente por su participación en la antología de horror Comic Blindside junto a mangakas como Junji Ito, Kanako Inuki, Noto Osada y otros, aunque tiene su renombre en el mundo del doujinshi con obras como Attakaku, Shite o Shoujo Netsu que destacan por su arte pero poseen un contenido no apto para todos los estómagos con una merecida clasificación solo para mayores de edad. Con un total de dos volúmenes que recopilan sus 34 capítulos que se publicaron originalmente en la revista Manga Club entre agosto de 2015 y diciembre de 2018, esta es una obra del genero slice of life con algo de romance y trivia educativa en un poco de entomología local (para el Japón rural), que ofrece otra faceta para el arte característico de este peculiar autor. Cabe mencionar que hay un par de obras paralelas que expanden esta historia bajo los nombres de Mishuuroku Sakuhinshuu y Raika to Mitsuha no Tokubetsuhen, pero no he encontrado traducciones de estas.
La sinopsis para este manga es la siguiente: Shimizu Nanako es una joven que se dedica a cuidar la granja de su abuelo mientras este lucha contra una enfermedad en el hospital, vendiendo sus productos en puestos locales mientras tanto. Sin embargo el trabajo es considerable para una sola persona, por lo que no desaprovecha la ayuda ocasional de su mejor amiga, Sakurano Mai, la cual se encuentra buscando un trabajo más formal o a tiempo completo. Sin embargo entre sus interacciones alrededor de la granja y el conocer a otras personas que viven en esta zona rural, el tema de como los insectos afectan sus vidas al ayudar o destruir cosechas, al mismo tiempo que pequeños y grandes cambios les presentan encuentros y despedidas, invitándolas a encontrar nuevos sentidos y lugares en sus vidas.
Como dije antes, esta es una historia que aprovecha de mezclar una simple historia del día a día de unas amigas con una más que decente cantidad de trivia sobre insectos, para hablar de más cosas que a simple vista. Con los cambios de estaciones que viven trabajando la tierra, llegan nuevas criaturas y momentos para este par de chicas. Sus inseguridades, miedos, deseos y celos pueden ser vistos junto a los insectos parasitarios o dañinos a los cultivos. La metáfora de como la oruga eventualmente se transforma y consigue alas también demuestra una constante presencia a lo largo de la historia, reflejando cambios de actitudes, metas y sentimientos, pero igualmente un tema de como todo es un ciclo es omnipresente con animales carroñeros que devuelven vida a la tierra cuando otra llega a su fin. No es una obra maestra, pero es curiosa cuanto menos en el que logra de una forma inesperada el hacer que sus elementos diferentes se beneficien entre si, especialmente en nuevas lecturas. Educacional a la par de entretenida, para ser una obra breve me a dejado una buen impresión por el como lleva sus dramas humanos. El arte de Amagappa Shoujogu quizás no genere personajes particularmente únicos, pero su fuerte es lo limpio de su dibujo, las expresiones en sus rostros y el nivel de detalle con el que dibuja el mundo en donde suceden sus historias. Sin cansar la vista de su publico ni distraer de lo que realmente importa en la historia, el detallismo en estas ilustraciones dota de una "textura" viva a los paisajes, brillando con cierta belleza natural pese a lo mundano de todas sus situaciones.
Seré redundante, pero como dije antes, al final del día no es una obra maestra, pero es curiosa cuanto menos. Es cierto que probablemente olvide en las próximas horas todos los nombres científicos de los diferentes insectos en sus paginas, pero uno que otro dato quedara en mis recuerdos, junto a la agradable historia de dos chicas aclarando sus deseos sobre un futuro que aunque incierto pueden compartir con la otra. Como una lectura breve que no les tomara más de un par de horas en completar, esta es una obra que recomiendo den una oportunidad si algo de lo que escribí aquí les llamo la atención. Por mi parte me gustaría decir que quizás en el futuro vuelva a reseñar algunos de los otros trabajos de Amagappa Shoujogu, pero por la clase de contenido usual en estos creo que paso hasta próximo aviso.
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