Páginas

viernes, 31 de octubre de 2025

Reseña: Jisatsu no Tame no 101 no Houhou.

Mundos desmoronándose mientras se difumina la linea que separa la realidad de la fantasía. Narraciones y puntos de visto poco confiables. Oscuridad oculta bajo las mas inofensivas apariencias. Una cotidianidad quebrada por actos crueles e ilógicos. Personajes que se pierden a si mismos, delirando mientras intentan no caer de lleno en la locura. Surreales visiones de maravillas o pesadillas. Estos son algunos de los rasgos mas característicos del horror psicológico que llamamos como denpa, aquel subgénero que pese a nunca ser apto para todos los gustos suele encontrar un solido nicho entre los circulos otakus. Siendo sus ejemplos mas representativos, aquellos tres títulos que han sido llamados como los tres grandes denpas originales como Tsui no Sora o Sayonara Wo Oshiete. Menciono todo esto porque el día de hoy dedico mi entrada de esta semana para hablar de mi experiencia con aquella imperfecta obra que sin proponérselo se convirtió en un pilar para el genero.

Conocido tanto por su titulo original de Jisatsu no Tame no 101 no Houhou, o su traducción literal a The 101 Methods of Suicide, me refiero a la primera y ultima novela visual que la compañía desarrolladora de videojuegos Duke llego a sacar al mercado durante finales del año 2001. Producida por menos de 20 personas que tras el cierre de la compañía en su mayoría no volverían a trabajar en el mundo del anime o las novelas visuales, nos encontramos con una obra que fue dirigida por alguien solo conocido con el seudónimo de The Waisetsu, mientras el escenario para su historia era escrita por el reconocido guionista para animes y dramaCD Ryunosuke Kingetsu bajo el alias de Yamada Orochi, mientras el artista Yuu Takamori se encargaba de producir los CG para la novela. Sin llegar a olvidar la limitada pero apreciada participación del compositor Tsutomu Yoshizawa a quien hoy en día se le conoce más como PULSENOTES, aunque aquí uso el apodo YET11. Con una limitada cantidad de existencias físicas que hoy por hoy alcanzan cifras considerables, proyectos no oficiales de localización y preservación han logrado mantenerla relativamente accesible. Estando traducida tanto al ingles como el chino. Cabe mencionar como curiosidad que no fue hasta 2011 que salió oficialmente a la venta un CD con la banda sonora de este titulo bajo el control de Blasterhead, mismo que posee -o poseía, que se le presume muerto o desaparecido- los derechos y materiales relacionados con lo que hubiera sido la segunda obra de Duke y secuela de Jisatsu 101, 末期、少女病 ~Lyrical pop World’s end~.

La sinopsis para esta novela es la siguiente: El joven Torabishi Takuji sufre en silencio de un problema que no puede compartir con otros, desde hace un tiempo es capaz de escuchar un extraño ruido que a llegado a llamar "gris". Desconociendo el origen o la naturaleza de tal sonido, Takuji poco a poco comienza a perder la capacidad de discernir lo que lo rodea de sus fantasías. Delirios y objetividad, vida o muerte. Atrapado en medio de estos conceptos opuestos, el busca pruebas de lo que existe a su alrededor es el mundo real. Sin embargo, no es el único que vera la fortaleza de su mente puesta a prueba. Que desde su hermanastra con secretos de los que no quiere hablar, una energética amiga de la infancia, una chica que bajo una apariencia tranquila oculta una fijación con la muerte, una misteriosa chica atrapada en la locura del ocultismo y las conspiraciones, una seductora profesora y un compañero de clases envuelto en terribles rumores... Esta es su historia de supervivencia ante lo ilógico.

Durando alrededor de unas cinco horas en una primera lectura y rozando las siete si deciden intentar ver todos las variaciones de escenas mientras usan la opción de saltar el texto ya leído, Jisatsu 101 es una obra que resulta cuanto menos diferente a la mayoría de lo que hayan leído. Es difícil de explicar sin entrar en serios spoilers para lo que es sin lugar a dudas una novela visual bastante corta, pero se podría describir como una imperfecta acumulación de coincidencias y altibajos que llevo a encarnar todo lo que hoy día damos por sentados en el denpa. Que constantemente cambiando de ánimos en cosa de instantes y con un ritmo errático que hace difícil predecir lo que sigue a continuación, nos encontramos con un relato que entrelazando clichés de inicios de los 2000 con una intransigente dosis de ciencia ficción nos presenta un rompecabezas en donde desde el inicio faltan piezas como para construir una clara imagen final. Sin embargo donde esto seria un problema para otra historia, es en esa ambigüedad y falta de claras respuestas que esta novela brilla al abrirse a toda clase de interpretaciones con sus ideas sobre trauma, soledad, violencia, vida y como no puede ser de otra forma con un titulo como 101 Methods of Suicide, muerte. Todo llevado por unos personajes que pasan de algunos de los más interesantes que he leído en un buen tiempo, a algunos que honestamente no llegan a justificar sus contadas líneas de texto.

Con un apartado visual que carece de retratos de personajes o siquiera algo a manera de escenarios de fondo, la mayor parte del tiempo que se pasa leyendo Jisatsu 101 nos encontramos con texto sobre negro que nos invita a imaginarnos lo peor de algunos de sus escenarios más surreales, aunque ocasionalmente nos presenta alguna de las ilustraciones de Yuu Takamori que otorgan una identidad bastante propia a este titulo aun en la acotada proporción de 640×480. Que ocultando tras unos inocuos colores acuarela y proporciones faciales que parecen salidas de un manga shoujo setentero, se encuentran varias escenas de violencia y sexualidad que se aseguran que este sea un titulo solo para mayores de edad. Por su parte, en el apartado sonoro nos encontramos con una experiencia que intenta hacer tanto como puede con sus limitados recursos. Que careciendo de voces que doblen sus líneas de texto, la atmosfera del juego depende de algunos pocos efectos de sonidos ambientales, uso del silencio y el constante rehusó de los 11 temas que conforman su banda sonora. Temas que si bien normalmente representa la emoción de su respectiva escena, como la misteriosa melodía de Broken heart, la melancolía de Certain Yesterday o la finalidad en Time of emptiness, de tanto en tanto algunas de estas terminan desentonando. Aunque los temas más memorables dentro de esta novela visual son el opening Hikari y el ending Shiawase no Sagashikata que interpreta la actualmente retirada cantante Hiromi Satō.

Imperfecta al punto de parecer un proyecto en donde cada uno de sus responsables hizo su parte por separado solo juntando todo a la hora de tener que entregarlo, cosa que técnicamente es. Con su escritor, compositor y artista jamás llegándose a conocer durante producción, al punto de que el rastro de este ultimo es prácticamente imposible de encontrar fuera de algunos dibujos en papel que lucen mucho mejor que sus gráficos de computadora. 101 Methods of Suicide resulta en una curiosa lectura que pudiéndose terminar en una tarde, posee grandes puntos altos como abismales tropiezos. Indescifrable por diseño y confusa por el mero placer de ser confusa, esta es una obra que incluso sintiéndose inconclusa y resultando completamente lineal pese a la ilusión de tener múltiples rutas, que la de la amiga de la infancia no aporta nada, presenta una perspectiva cuanto menos curiosa con sus personajes que persiguiendo la siempre presente sombra de la muerte quizás reencuentran sus razones para vivir. No será para el gusto de todos, ni mucho menos todas las edades. Pero si les interesa explorar el mundo de las novelas denpa pese a sus horrores y rarezas, este es un breve clásico que ejemplifica lo mejor y peor del subgenero.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario