Siendo esta semana una en donde aprovecho de tomarme un breve descanso antes de retomar muchas de mis responsabilidades de la vida adulta, he estado leyendo algunas cosas, jugando otras y también aprovecho de ver una que otra película, siendo uno de estos últimos casos el tema que me lleva a escribí la entrada de esta ocasión. Siendo un reciente estreno simultaneo para Japón y el resto del mundo por parte de un estudio de relativa poca trayectoria pero innegable potencial, lo que me encontré en el par de horas que duro quizás no fue un clásico moderno que vaya a llamar una recomendación obligada, pero cuanto menos es una torpe si bien intencionada aventura sobre aprender a expresar abiertamente lo que sentimos.
Conocida por los nombres internacionales de Mi querida oni, My Oni Girl, Mon oni à moi o su original titulo de Suki Demo Kirai na Amanojaku, esta es una película de 112 minutos de duración que se a estrenando simultáneamente en salas de cines japoneses y a nivel internacional Netflix desde el 24 de mayo de este mismo año. Existiendo como el cuarto gran proyecto desde la creación del Studio Colorido y cuarta colaboración con el estudio Twin Engine, además del segundo titulo dentro de una trilogía de obras originales que se a negociado con la plataforma de streaming, esta cinta esta dirigida por Tomotaka Shibayama quien previamente a trabajado en la película Amor de gata, mientras el guion es el trabajo colaborativa entre Shibayama y Yuko Kakihara. El diseño de personajes pertenece a Masafumi Yokota, mientras la dirección de arte es trabajo de Kunihiko Inaba, sin olvidar la participación de la compositora Mina Kubota en la música que acompaña esta obra.
La sinopsis para esta película es la siguiente: Yatsuse Hiiragi es un joven estudiante que buscando ser aceptado por la gente que lo rodea nunca dice que no a realizar favores a otros, aunque aun así le es difícil sentirse aceptado al suprimir lo que realmente piensa. Sin embargo un inusual día de verano en el que por un instante parece nevar, el encuentro con Tsumugi, una joven que no se interesa demasiado en lo que piensan de ella, será algo que lo llevara a una situación capaz de cambiar su vida. Siendo ella una oni que se encuentra visitando el mundo humano siguiendo el rastro de su madre de la que no a sabido nada en años, Hiiragi decide acompañarla en su viaje aun si signifique escapar unos días de su hogar, mientras descubre que sus emociones reprimidas lo están acercando peligrosamente a formar parte del mundo sobrenatural, aprovechando ambos las experiencias en el camino para crecer.
Comenzando como la usual historia de un chico conociendo a una chica que cambiara la forma en la que ve el mundo, Mi querida oni no es una obra que busque reinventar la rueda ni nada por el estilo, pero bajo una formula usual logra invitarnos en el viaje de dos jóvenes con personalidades bastante opuestas que para el final de su aventuran abran aprendido del otro, llevando a un inicio bastante contemplativo de lo que parece ser simplemente un escape momentáneo con el que ignorar sus propios dramas familiares. No obstante entre múltiples encuentros y despedidas a lo largo del camino que pasan demasiado rápido como para apreciar del todo las perspectivas que ofrecen al dúo protagonico y los cada vez mas dominantes elementos sobrenaturales, llevan a que la historia se vaya tropezando conforme mas se acerca a su conclusión. Que de pronto una gran cantidad de información, mitología y circunstancias aparecen en un final que no sabe muy bien la dirección a la que quiere ir pero algo tiene que forzarse a hacer con el tiempo que le queda en pantalla. En general el mensaje que quiere contar esta presente de inicio a fin, con un Hiiragi que al final de todo aprende a ser mas proactivo por sus deseos y una Tsumugi que ya no solo actúa sin importarle las consecuencias, pero hay una clara falta de identidad que resta impacto a muchas de las que deberían ser sus escenas mas emocionales. Por mas apropiadamente irónico y temático que suene el que esta obra tiene problemas para expresar sus verdaderas intensiones, cuando gira en torno a emociones reprimidas y palabras que cuestan transmitir.
En lo que respecta al apartado visual de esta cinta, tengo que decir que como otros trabajos previos del estudio Colorido este es un proyecto que sabe ser agradable a la vista aun si comparte la misma falta de una clara dirección que vemos desde la narrativa. Luce bien imitando recursos y elementos de la animación mas tradicional especialmente con algunos de los fondos que sirven de escenarios para sus escenas, pero para bien o para mal luce como cabria esperar de cualquier otra colorida obra sobre un viaje de descubrimiento personal con tintes fantásticos, lo que evita que deje una clara impresión de su propia identidad. La banda sonora sufre un destino similar, teniendo una instrumentalización servicial a la hora de acompañar las emociones de sus respectivas escenas pero sin nunca robarse el espectaculo como para que salga de mi camino a escuchar esas piezas por separado. Aunque hablando de temas especiales, el ending Truth In Lies interpretado por la banda ZUTOMAYO tiene un video musical original que vale la pena verlo aun si tiene todo otro contexto.
Como decía al inicio de esta entrada, Mi querida oni no es un clásico moderno que vaya a llamar una recomendación obligada para todos los fanáticos de la animación japonesa, que realmente no tiene mucho que la diferencia de otras obras medio fantásticas sobre crecer, pero cuanto menos es una agradable película de esas que ver una tarde de domingo en familia. Que si bien su historia se ve entorpecida por una mayor cantidad de ideas, personajes y elementos de los que puede manejar, al final del día no me siento decepcionado de haberla visto. Queda esperar por el día en que Estudio Colorido logre hacer un original que realmente pueda demostrar el potencial que tienen sus artistas para contar una historia, pero de momento sus creaciones siguen siendo pasables distracciones cuanto menos, que por ahora lo mas solido en su catalogo es su adaptación de Penguin Highway.
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