Continuando con las reseñas de algunas de las series que concluyen con este primer trimestre en la industria del anime, me a tocado escribir sobre la segunda temporada a una de las series que mas disfrute hace ya un par de años atrás. Si bien el cambio de estudios y director puede dar algo de miedo por como podría cambiar la experiencia tras el relativo éxito de la primera que brillo por el cuidado en hasta sus mas pequeños detalles de escenarios y expresiones a lo largo de sus episodios. Lo que empezó con una pequeña polémica se a convertido gradualmente en un dulce romance en donde la infantil idea de "si lo molesto a diario se dará cuenta que quiero su atención" reina a cada momento, mientras sus protagonistas van creciendo como personas con cada una de sus interacciones. De inocentes bromas a un incomodo coqueteo, queda ver si logra dar el paso de platónica amistad a algo mas.
Bajo el titulo de Ijiranaide, Nagatoro-san 2nd Attack o su traducción Don't Toy with Me, Miss Nagatoro 2nd Season, nos encontramos con la secuela de la popular serie de 2021 que adapta el homónimo manga de comedia romántica escrito e ilustrado por el artista Nanachi o quizás conocido como 774 en los circulos doujinshis, donde su antigua reputación es la de un autor de cuestionables contenidos pero con su primera serialización formal mediante Magazine Pocket las cosas se mantienen en el territorio de la demografía shonen con 15 volúmenes recopilatorios y todavía publicando nuevos capítulos. Dejando atrás los días de la primera temporada producida por el estudio Telecom Animation Film y dirigida por Hirokazu Hanai, esta secuela resulta ser trabajo del estudio OLM (antiguamente Oriental Light & Magic, Inc) a la hora de traer sus 12 episodios entre enero y marzo de este año. Dirigida por Shinji Ushiro en lugar de Hanai, nos encontramos con el regreso de gran parte del equipo de producción de la primera adaptación animada, contando con la composición y los guiones escritos por Taku Kishimoto, el diseño de personajes por parte de Misaki Suzuki y la banda sonora compuesta por Gin de Busted Rose.
La sinopsis para esta secuela es la siguiente: Continuando con los días de juventud entre el introvertido estudiante Naoto Hachiouji y la energética extrovertida de Hayase Nagatoro, lo que comenzó en un encuentro casual en la biblioteca que bien solo parecía ser burlas y abusos por parte de ella se a vuelto en una amistosa situación donde ambos se sienten bastante cómodos con el otro. Con un Naoto que con algo mas de confianza en si mismo logra seguirle el juego cada tanto a una Nagatoro que ocasionalmente se deja ver mas honesta con lo que realmente siente aun si puede ser algo posesiva, el interés que sienten por el otro poco a poco va tomando forma como sentimientos mas allá de la amistad, compartiendo sus tardes en el salón del club de arte, saliendo a diversas actividades, sin darse cuenta que terminan siendo a los ojos de sus conocidos y amigos casi una pareja en todo menos nombre.
Lo que inicio con unas burlas por parte de Nagatoro al punto de la humillación de sempai en el primer episodio de la primera temporada, naturalmente progreso a un jugueteo en donde Nagatoro oculta lo que verdaderamente siente con palabras que podrían sonar crueles en otro contexto y una agresiva actitud que busca llamar la atención de la persona que le interesa de la forma mas infantil posible, pero con un Sempai algo mas dispuesto a seguirle el juego de manera proactiva la dinámica no se siente unilateral ni estancada aun si como toda comedia romántica se toman su tiempo para darse cuenta de sus sentimientos. Llegando nuevos personajes a empujar a los protagonistas a conocerse mas allá del interés inicial y con uno que otro momento en donde parece que dan un par de pasos adelantes aun si luego retroceden un poco, estamos ante una adaptación relativamente fiel del manga, que si bien mantiene la vieja y confiable formula de las romcom con todo lo que puedes esperar, logra con su ejecución el resultar un espectaculo servicial. Si disfrutaron de la primera temporada es probable que puedan como mínimo distraerse viendo esta segunda parte, aunque no hace nada especial o único como para esperar sorpresas por parte de esta secuela.
En lo que respecta a los valores técnicos de la producción nos encontramos con algo funcional, pero de lo que no tengo mucho mas que decir a favor en contra. Si bien con el cambio de estudio se mantuvo a gran parte del equipo y animadores como para mantener la coherencia entre ambas temporadas, nos encontramos con que 2nd Attack a diferencia de la primera temporada esta mas conforme en capturar los paneles del manga con tanta exactitud como le es posible, en lugar de permitirse las libertades creativas que expandan muchas de sus escenas, aun si puntualmente agrega un par de segmentos originales, lo que junto a una paleta de colores algo mas apagada y no tantos escenarios detallados hacen sentir como que no alcanza el mismo espectaculo que su antecesora. No es que se vea mal, solo es que se siente como otra romcom mas de este año sin destacar rápidamente a la vista. De lo que no me quejo es lo satisfactoria de como se escucha esta serie entre las voces de sus personajes y la instrumentalización que sirve de apoyo a sus escenas, aun si los únicos temas memorables vienen a ser el opening "LOVE CRAZY" interpretado por Sumire Uesaka quien da su voz a Nagatoro, el ending "MY SADISTIC ADOLESCENCE♡" interpretado por las seiyuus Sumire Uesaka, Mikako Komatsu, Aina Suzuki, y Shiori Izawa, además de la insert song "Yuukan na Kimi ni" igualmente interpretada por Sumire Uesaka, todos capturando el espíritu de juvenil romance que acompaña a esta serie.
No será una segunda temporada perfecta, incluso me atrevería a calificarla por debajo de la primera temporada, pero mentiría si dijera que nunca me hizo reír con la dulce historia de estos dos idiotas enamorados que aun no saben muy bien como poner en actos y palabras sus honestos sentimientos. Si bien es algo lenta a ratos, con el eventual cambio presente en las actitudes del dúo protagonico tenemos un solido anime de comedia romántica que intenta demostrar el crecimiento de estos a cada paso del camino que están compartiendo, en una experiencia que como mínimo será una agradable distracción para todos aquellos que disfrutaron de la primera parte. Lejos del sadomasoquismo que se le asocia solo por nombre y quizás las primeras ilustraciones de Nagatoro por parte de Nanachi, esta serie se siente como un buen ejemplo de las romcom en la actualidad, aun si tampoco resulta tan especial.
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