Decir que una obra resulta ser toda una experiencia, todo un viaje o que es altamente introspectiva suele sonar como una frase vaga y demasiado simplificada para aparentar ser profundo cuando no se tiene idea sobre lo que se esta hablando. No obstante, hay casos donde es la única respuesta breve que se puede dar. Series artísticas o experimentales no resultan tan raras una vez buscas entre todos los proyectos que salen cada año, ya trabajos tan asociados a sus directores son menos, pero frutos tan personales de un autor si son raros en tiempos donde algo comercialmente viable lleva al juego seguro de adaptar antes de crear algo nuevo. De manos del estudio Madhouse y dando carta blanca a uno de sus directores mas curiosos, nos encontramos hoy ante un trabajo en donde ideas, temas, técnicas y demás elementos fueron elegidos más por los gustos de sus creadores que por deseos comerciales.
Fruto de Shingo Natsume, director mayormente conocido por su trabajo dirigiendo series visualmente memorables como Acca 13, la primera temporada de One Punch Man, o ambas temporadas de Space☆Dandy, sin olvidar sus roles como animador en algunos episodios de Gurren Lagann o The Tatami Galaxy; Sonny Boy es un proyecto original que como escribí antes fue producido por el estudio Madhouse, contando con un total de 12 episodios trasmitidos entre julio y octubre de 2021. Dirigida y escrita por el mismo Natsume, esta serie conto con diseño de personajes hechos por el respetado mangaka e ilustrador Hisashi Egushi que a hecho carrera desde los años 70 con un estilizado pero simple dibujo que minimiza las líneas tanto como le es posible, diseños que en manos de Norifumi Kugai fueron adaptados para cobrar vida en la serie. Por su parte la banda sonora fue compuesta por el musico y productor Conisch quien es mas conocido por sus usos de jazz, música electrónica y teclado.
La sinopsis para esta particular obra es la siguiente: treinta y seis estudiantes se encuentran a si mismos atrapados en lo que parece ser otra dimensión, atrapados dentro de su escuela rodeada por oscuridad en todos sus horizontes. El que poco a poco empiecen a aparecer usuarios de poderes sobrenaturales entre ellos lleva a que el poco orden del grupo comience a caerse a pedazos, aun si el consejo estudiantil intenta por todos los medios imponer orden. Entre quienes se apegan a las reglas estrictamente por tener algo de normalidad y aquellos que se rebelan con sus poderes anhelando libertad, el conflicto lleva a estos jóvenes a descubrir que este nuevo mundo tiene sus propias reglas y comprenderlas será su puerta a nuevos mundos. Decidiendo dar un salto de fe entre dimensiones, estos estudiantes enfrentan su futuro y dificultades con las esperanzas de poder volver a casa algún día.
Si soy honesto, la historia de Sonny Boy es lo de menos. Creo que eso sonó mal, déjenme replantearlo. El ¿Quién? y los ¿Cómo? de este relato son lo de menos, estamos en un viaje en búsqueda de los ¿Porque? de sus personajes. Shingo Natsume tiene experiencia como un narrador visual debido a sus roles en storyboard o dirección y dentro de su campo es más que competente, pero debutando como guionista en un trabajo donde se le permite ser tan autoindulgente como se lo proponga bien he de admitir que en ocasiones divaga por sus temas y referencias varias al presentar la simple historia de un chico creciendo y aceptando como las cosas en la vida cambian, todo al presentar en un mundo de surreal fantasía múltiples visiones de microcosmos que representen diferentes facetas de la sociedad. En lo parece el ser el resultado de meter en una licuadora El señor de las moscas, Robinson Crusoe, Dos años de vacaciones, Drifting Classroom y la sensibilidad artística de David Lynch, además de otros múltiples referentes, nos encontramos con un espectaculo cuya historia principal y personajes principales aunque existente queda de lado para presentar los comentarios de Natsume sobre religión, expectativas, perfeccionismo, duelo, futuro, entre otras, dedicando su tiempo no a presentar una historia coherente o satisfactoria en el sentido tradicional, si no en su lugar dejar cuestionándose las ideas presentes al publico que estuvo atento. Para bien o para mal, el que este sea un trabajo tan autoral lo hace una experiencia como pocas. Con momentos muy interesantes que dan para pensar aun si a veces el dialogo suena algo petulante, pero con ideas demasiado dispersas en ocasiones como para generar interés en lo que intenta ofrecer, esta no es una obra perfecta, pero no necesita serlo para ser bastante única al representar las visiones de su autor... aunque personalmente preferiría que hubiera ido en primer lugar por el formato de antología de historias separadas, antes del hilo de eventos dispersos con los que terminamos para el final de la serie.
Sin embargo donde realmente destaca Sonny Boy es el trabajo técnico puesto en su producción, lo cual para un año tan lleno de series artísticas como lo es 2021 ya es bastante merito. Bajo el atento ojo de Natsume, su visión, su mensaje se encuentra en mejor forma cuando animación y música mueven el espectaculo más que los diálogos o personajes mismos. Con sensibilidades artísticas que varían entre el impresionismo y expresionismo, las dispersas ideas de la narrativa encuentran algo de cohesión en la surreal gama de escenarios que los estudiantes recorren entre sus viajes por diferentes mundos. Repleto de colores contrastantes, un diseño de personajes que los hace únicos y fáciles de diferenciar aun si es solo por la silueta, y un cuidado sentido de la estética este es un show que solo por su apariencia ya merece algo de atención. Sonny Boy es en cierto sentido una experiencia similar a estar en un museo apreciando diversas obras, cada pintura o escena tiene su propia belleza que puede ser interpretada por el espectador dispuesto a ello, aun si al final del día la colección de cuadros no tenga el mayor sentido en ella. Tanto técnicas tradicionales como técnicas que rara vez se ven hoy en día en series para tv. Si existen obras que tenían todo para abrazar la idea del "muestra, no cuentes" esta es una de ellas.
Igual no podemos hablar de un increíble trabajo audiovisual sin mencionar el aspecto del sonido. Siendo Sonny Boy una serie que no teme romper reglas y hacer cosas como todo un episodio con fondos en puro negro RGB, su uso de elementos sonoros igualmente no sigue convenciones si no que prefiere seguir la sensibilidad del momento. Si deben haber largos minutos de silencio absoluto con solo algo de viento pasando, pasara. Si los instrumentos deben sutilmente quedar en un segundo plano para que el dialogo tenga atención, denlo por hecho. Si la música y elementos vocales deben ser lo que domine el espectaculo y el pilar emocional de la escena misma, probablemente sea uno de los mejores momentos de toda la serie. Entre un selección de músicos experimentales e independientes, terminamos con temas de variados estilos que acompañan a cada una de las dispersas ideas del show, desde el alegre Summer Storm hasta la bella pero trágica despedida de Lightship, Sonny Boy es una serie repleta de personalidad. En lo que respecta a temas de entrada y cierre, estamos ante una serie que carece de opening pero posee un ending memorable como pocos, "Shounen Shoujo" de la banda de punk rock GING NANG BOYZ, el cual encapsulo el sentimiento de días pasados que esta serie busca dar con su mensaje de que la vida sigue así que no te despidas de los demás, aun si es la hora de un adiós, con todo y versión especial para el ultimo episodio.
Sonny Boy no es un show para todos los públicos, incluso dudo que tenga un publico definido al que apunte en primer lugar. Sonny Boy es un show hecho por y para Shingo Natsume. Es un show nacido de la auto indulgencia de su autor, pero por lo mismo es una honesta muestra de sus fortalezas y debilidades creativas, junto a su visión artística para el futuro. Quizás reciba criticas mixtas hoy en día, debatiendo entre si es realmente algo profundo o superficial, pero dudo que alguien vaya a negar que con lo diferente que es al resto de la industria esta no va a ser una de esas series que con algo de tiempo encuentre gente que la considere una serie de culto. Como escribí unos párrafos antes, Sonny Boy se encuentra en mejor forma cuando animación y música mueven el espectaculo más que una narrativa más tradicional, y solo por ese espectaculo ya considero que merece una oportunidad por aquellos que disfrutan de la animación. Sera imperfecta, pero eso es lo que hace de su visión algo humano y personal al contar una simple historia sobre crecer.
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